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México

¿Quién es Alicia Bárcena?, nueva canciller mexicana

La embajadora de México en Chile, Alicia Bárcena Ibarra, será la nueva titular de la Secretaría de Relaciones Exteriores luego de que Marcelo Ebrard presentó su renuncia a la cancillería mexicana con el fin de centrar sus ánimos en la carrera por la candidatura presidencial.

En conferencia de prensa, el presidente Andrés Manuel López Obrador la calificó como «una mujer con convicciones y principios”. Además, se dijo contento de esta decisión ya que, según sus declaraciones, “vamos a estar bien representados”.

«Es una profesional, una mujer con convicciones y principios, nos va a ayudar en este último tramo del gobierno«, declaró el mandatario desde Palacio Nacional.

No obstante, el titular del Ejecutivo Federal que, en durante los siguientes 10 días, tiempo en el que Bárcena Ibarra se incorpora a la SER; Carmen Moreno Toscano estará al frente del despacho de la cancillería.

¿Quién es Alicia Bárcena?

De acuerdo con información del Gobierno Federal, Alicia Bárcena es bióloga egresada de la Facultad de Ciencias de la UNAM. Cuenta con una Maestría en la Administración Pública por Harvard y fue galardonada con 3 doctorados Honoris Causa en Economía por la Universidad de Oslo, de la Universidad de la Habana y de la Universidad Nacional Autónoma de México.

Ha estado al frente de la subsecretaria de Ecología de México y la dirección del Instituto Nacional de Pesca, así como en la Secretaría Ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), de 2008 a marzo de 2022.

También trabajó como en múltiples puestos de la Organización de las Naciones Unidas, entre los que destacan jefa y vicejefa de gabinete durante la administración de Kofi Annan, así como subsecretaria General de Administración en el periodo de Ban Ki-Moon.

Alicia Bárcena llegó a la embajada de Chile el año pasado tras la designación del López Obrador.

México

Apagones podrían costarle a México 200 millones de dólares por hora, advierte industria maquiladora

México enfrenta una amenaza energética que podría traducirse en pérdidas millonarias por hora. De acuerdo con estimaciones del Consejo Nacional de la Industria Maquiladora y Manufacturera de Exportación (Index), una hora sin electricidad en el país podría representar hasta 200 millones de dólares en pérdidas económicas, encendiendo las alarmas en sectores clave de la economía nacional.

La advertencia llega en medio de crecientes preocupaciones por la estabilidad del sistema eléctrico nacional. Especialistas del sector señalan que el Margen de Reserva Operativo (MRO), es decir, el porcentaje de capacidad adicional disponible para responder a picos de demanda, podría caer por debajo del 3% durante las horas críticas entre las 8:00 y 10:00 de la noche. Este umbral es considerado de alto riesgo, ya que pone en juego la capacidad del sistema para mantenerse estable ante cualquier eventualidad.

“La falta de electricidad interrumpe cadenas de suministro, frena líneas de producción y debilita la competitividad nacional”, señala el comunicado de Index. Además de afectar a la industria manufacturera y de exportación, el impacto alcanza a sectores esenciales como salud, telecomunicaciones, logística y alimentación.

Los riesgos se agravan en el contexto del cambio climático. La reciente ola de calor que golpeó al país entre el 14 y el 21 de mayo deterioró significativamente las reservas eléctricas, provocando cortes programados en distintas regiones. Expertos como el consultor energético Cadena advierten que “el riesgo es real y creciente”, y que el sistema eléctrico se encuentra bajo una presión sin precedentes.

En Nuevo León, la situación ya es crítica. La Cámara de la Industria de Transformación (Caintra) y el Clúster Energético del estado alertaron que, de no incrementarse la capacidad de generación y transmisión eléctrica en los próximos seis meses, podrían registrarse apagones sistemáticos. Esta advertencia cobra relevancia si se considera que tan solo el pasado 4 de marzo, la Comisión Federal de Electricidad (CFE) recibió 141,618 reportes por interrupciones en el servicio en ese estado.

Pero el problema no es exclusivo de la industria. En el plano doméstico, la ausencia de electricidad implica vivir sin refrigeración, agua caliente, internet o iluminación, afectando directamente la calidad de vida de millones de mexicanos. La dimensión del problema trasciende el ámbito económico y se convierte en una amenaza para la estabilidad social del país.

El verdadero desafío, advierten expertos, está en no solo responder al aumento en la demanda energética, sino hacerlo mediante soluciones sostenibles, eficientes y confiables. Frente a un futuro marcado por temperaturas extremas y fenómenos climáticos más severos, urge acelerar la transición hacia fuentes de energía alternativas y reforzar la infraestructura eléctrica nacional.

La advertencia del sector industrial es clara: sin acción inmediata y decidida, el país podría pagar un precio demasiado alto.

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