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Opinión

Manos solidarias en Yucatán. Por Itali Heide

La antigua tierra de los mayas, donde prosperó una civilización antaño poderosa, se ve hoy frustrada por los problemas del mundo moderno. Más allá de los ecos del glorioso pasado, los mares turquesas del Caribe, las exuberantes selvas y los vestigios de lo pasado, las comunidades marginadas siguen luchando por su derecho humano básico a una vida sana.

Itali Heide

Hoy, Yucatán llama con un cuento moderno de compasión y curación, dando la bienvenida a brigadas médicas donde la responsabilidad del estado no ha llegado. El equipo de Medical IMPACT pasa las madrugadas llegando a las comunidades más vulnerables, vestidos con batas blancas y armados con suministros médicos y compasión.

La misión es clara: llevar asistencia sanitaria y esperanza a quienes más lo necesitan. Aun así, nadie puede prepararse para la realidad que aguarda: mires donde mires, la pobreza y la vulnerabilidad han dado paso al sufrimiento. Desde las bulliciosas ciudades hasta las tranquilas aldeas enclavadas en el campo, Medical IMPACT ha detectado riesgos sanitarios que afectan a toda la comunidad.

Medical IMPACT acampó en las remotas aldeas de Panabá, Sucilá, Buctzotz y Temozón. Junto con el apoyo de las autoridades locales, el sector privado, las organizaciones sociales y los líderes comunitarios, la visión compartida de garantizar el bienestar de las personas vulnerables dio paso a este esfuerzo humanitario.

Equipados con medicamentos esenciales, kits de pruebas del VIH, vacunas, una máquina de electrocardiograma y un ultrasonido, los equipos médicos empezaron a descubrir el sufrimiento de las comunidades vulnerables. Las enfermedades prevenibles, como la hepatitis, el VPH, la tuberculosis y la varicela, están aumentando y afectan a todos, desde los niños hasta los adultos mayores.

A lo largo de quince días, la brigada trabajó sin descanso para atender a más de 900 personas, proporcionando tratamiento y diagnóstico a personas de todas las edades y procedencias. Vacunas, consultas médicas generales, tratamientos antiparasitarios, pruebas rápidas del VIH, apoyo nutricional, fisioterapia y ayuda psicológica estuvieron a disposición de todos, y Medical IMPACT no dejó piedra sin remover.

Estos descubrimientos significan una cosa: México no está haciendo lo suficiente para garantizar la vacunación universal. Aunque este gran país tiene uno de los programas de vacunación más completos y gratuitos del Sur Global, el alarmante aumento de enfermedades prevenibles demuestra que nuestro trabajo está lejos de haber terminado.

A medida que los voluntarios y el equipo médico regresan de Yucatán, traen historias de resiliencia y esperanza. Junto con The People’s Vaccine Alliance, Medical IMPACT se dedica a no dejar a nadie atrás en lo que respecta a la vacunación universal y el derecho universal a la salud.

Opinión

León. Por Raúl Saucedo

La estrategia de la supervivencia

El pontificado de León XIII se desplegó en un tablero político europeo en ebullición. La unificación italiana, que culminó con la pérdida de los Estados Pontificios, dejó una herida abierta.

Lejos de replegarse, León XIII orquestó una diplomacia sutil y multifacética. Buscó alianzas —incluso improbables— para defender los intereses de la Iglesia. Su acercamiento a la Alemania de Bismarck, por ejemplo, fue un movimiento pragmático para contrarrestar la influencia de la Tercera República Francesa, percibida como hostil.

Rerum Novarum no fue solo un documento social, sino una intervención política estratégica. Al ofrecer una alternativa al socialismo marxista y al liberalismo salvaje, León XIII buscó ganar influencia entre la creciente clase obrera, producto de la Revolución Industrial. La Iglesia se posicionó como mediadora, un actor crucial en la resolución de la “cuestión social”. Su llamado a la justicia y la equidad resonó más allá de los círculos católicos, influyendo en la legislación laboral de varios países.

León XIII comprendió el poder de la prensa y de la opinión pública. Fomentó la creación de periódicos y revistas católicas, con el objetivo de influir en el debate público. Su apertura a la investigación histórica, al permitir el acceso a los archivos vaticanos, también fue un movimiento político, orientado a proyectar una imagen de la Iglesia como defensora de la verdad y del conocimiento.

Ahora, trasladémonos al siglo XXI. Un nuevo papa —León XIV— se enfrentaría a un panorama político global fragmentado y polarizado. La crisis de la democracia liberal, el auge de los populismos y el resurgimiento de los nacionalismos plantean desafíos inéditos.

El Vaticano, como actor global en un mundo multipolar, debería —bajo el liderazgo de León XIV— navegar las relaciones con potencias emergentes como China e India, sin descuidar el diálogo con Estados Unidos y Europa. La diplomacia vaticana podría desempeñar un papel crucial en la mediación de conflictos regionales, como la situación en Ucrania o las tensiones en Medio Oriente.

La nueva “cuestión social”: la desigualdad económica, exacerbada por la globalización y la automatización, exige una respuesta política. Un León XIV podría abogar por un nuevo pacto social que garantice derechos laborales, acceso a la educación y a la salud, y una distribución más justa de la riqueza. Su voz podría influir en el debate sobre la renta básica universal, la tributación de las grandes corporaciones y la regulación de la economía digital.

La ética en la era digital: la desinformación, la manipulación algorítmica y la vigilancia masiva representan serias amenazas para la democracia y los derechos humanos. León XIV podría liderar un debate global sobre la ética de la inteligencia artificial, la protección de la privacidad y el uso responsable de las redes sociales. Podría abogar por una gobernanza democrática de la tecnología, que priorice el bien común sobre los intereses privados.

El futuro de la Unión Europea: con la disminución de la fe en Europa, el papel del Vaticano se vuelve más complejo en la política continental. León XIV podría ser un actor clave en la promoción de los valores fundacionales de la Unión, y contribuir a dar forma a un futuro donde la fe y la razón trabajen juntas.

Un León XIV, por lo tanto, necesitaría ser un estratega político astuto, un líder moral visionario y un comunicador eficaz. Su misión sería conducir a la Iglesia —y al mundo— a través de un período de profunda incertidumbre, defendiendo la dignidad humana, la justicia social y la paz global.

Para algunos, el nombramiento de un nuevo papa puede significar la renovación de su fe; para otros, un evento geopolítico que suma un nuevo actor a la mesa de este mundo surrealista.

@Raul_Saucedo

rsaucedo.07@uach.mx

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