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Cómo la defensa de los 49ers dominó a los Giants con formaciones de cinco hombres y cobertura hombre a hombre

La corta semana comenzó con el coordinador defensivo de los San Francisco 49ers, Steve Wilks, convocando una reunión con los defensores del equipo. Su mensaje fue simple. Los 49ers, después de corregir algunos problemas en la cobertura de pases durante el medio tiempo en la victoria del domingo sobre los Los Angeles Rams, atacarían agresivamente a los New York Giants desde el principio en la parte trasera.

«(Wilks) nos dijo que íbamos a jugar mucha cobertura hombre a hombre», dijo el safety de los 49ers, Tashaun Gipson Sr., después de que los 49ers vencieran a los Giants por 30-12. «Ese fue el desafío para nosotros en la parte trasera en esa reunión. Y creo que respondimos a ese llamado: 137 yardas de pase».

El mariscal de campo de Nueva York, Daniel Jones, logró apenas 4.3 yardas por intento contra una cobertura mayormente hermética. Jones intentó replicar la estrategia empleada por el mariscal de campo de los Rams, Matthew Stafford, el domingo: un ataque aéreo basado en lanzamientos rápidos para combatir la presión de pase de los 49ers, pero no lo hizo con eficiencia. La cobertura era simplemente demasiado ajustada, y eso preparó el terreno para un avance en la presión de pase de los 49ers una semana después de que los linieros defensivos del equipo no habían logrado un sack a pesar de presionar constantemente a Stafford.

El ala defensiva Nick Bosa consiguió su primer sack de la temporada contra los Giants. El tackle defensivo Javon Hargrave, ya líder de la NFL entre los linieros interiores en victorias en la presión de pase, irrumpió para conseguir su segundo sack.

«Supongo que los defensores secundarios hicieron un buen trabajo manteniendo la cobertura y simplemente me dieron una oportunidad», dijo Hargrave.

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Dodgers se enfrentan al ICE: rechazan uso del estadio como base para redadas migratorias

En un acto sin precedentes, los Dodgers de Los Ángeles negaron este jueves el acceso a vehículos del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos (ICE) a los estacionamientos del Dodger Stadium, en lo que representa una clara postura frente a las redadas migratorias que han estremecido a la comunidad latina en California.

La organización deportiva, considerada uno de los símbolos más influyentes de la ciudad, emitió un mensaje contundente a través de su cuenta oficial en X: “Esta mañana, ICE agentes llegaron al Dodger Stadium y solicitaron permiso para acceder a los estacionamientos. La organización les negó la entrada. El juego de esta noche se jugará según lo programado.”

Fuentes locales señalan que los vehículos del ICE —algunos adaptados para operaciones logísticas y detenciones— habían intentado establecer una posible área de concentración temporal cerca de la Puerta E, en Elysian Park, como ha sucedido en otras zonas como Hollywood o Pasadena. Sin embargo, la administración del equipo, respaldada por el carácter mayoritariamente privado del inmueble, ejerció su derecho de admisión para frenar el intento.

Parte del terreno del estadio sigue en manos del expropietario Frank McCourt, pero la decisión final fue consensuada dentro de la directiva del club, que ha enfrentado presión en días recientes para asumir un rol más activo frente a las detenciones migratorias.

Ese mismo día, se esperaba que los Dodgers presentaran un plan de apoyo a organizaciones que brindan asistencia a inmigrantes afectados por redadas. Lo ocurrido marca, según activistas y medios locales, “la primera respuesta contundente” del club en defensa de su afición migrante, históricamente base fundamental de su identidad y legado.

Alrededor de dos decenas de manifestantes se congregaron de manera pacífica frente al estadio para exigir el retiro del ICE y mostrar solidaridad con las comunidades afectadas. La Policía de Los Ángeles (LAPD), a solicitud del equipo, mantuvo a los manifestantes fuera del acceso principal.

La concejala Eunisses Hernández, en declaraciones posteriores, criticó la presencia de ICE en zonas cercanas al estadio y celebró la decisión de los Dodgers al señalar: “Propiedad privada es diferente. Pueden decir: ‘no en mi propiedad’.”

También hubo pronunciamientos dentro del vestidor. El pelotero puertorriqueño Kiké Hernández expresó públicamente su respaldo a la comunidad migrante, sumándose al mensaje de inclusión que la organización ha querido reforzar.

Pese a la tensión, el encuentro entre Dodgers y Padres se celebró sin contratiempos, con gradas llenas y sin alteraciones en el campo. Pero el gesto del club no pasó desapercibido: en una ciudad donde la inmigración es parte esencial del tejido social, los Dodgers han decidido no quedarse al margen.

Lo sucedido podría marcar un precedente sobre el papel que equipos deportivos pueden asumir ante políticas migratorias controvertidas. En un momento donde el deporte y la política se entrelazan más que nunca, los Dodgers no solo jugaron un partido este jueves: también fijaron una postura.

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