México y Estados Unidos han llegado a un acuerdo para abordar el aumento de cruces fronterizos y la migración ilegal. Como parte de este acuerdo, México se compromete a deportar a migrantes a sus países de origen, especialmente de sus ciudades fronterizas con Estados Unidos, y a tomar medidas para disuadir a los migrantes de utilizar el sistema ferroviario para llegar a la frontera. El aumento de cruces fronterizos ha llevado a la implementación de medidas de emergencia en ciudades como El Paso, Texas.
El acuerdo también incluye la coordinación entre ambos países para la deportación de migrantes a través del puente internacional de Ciudad Juárez. México llevará a cabo negociaciones con varios países para confirmar la recepción de sus ciudadanos deportados desde la frontera. Además, se implementarán puntos de control a lo largo de la ruta ferroviaria y se realizarán intervenciones en vías férreas y carreteras.
Este aumento en la migración se atribuye a factores como la desinformación y el aumento de secuestros en México. México también ha experimentado un aumento en la llegada de migrantes a su propia frontera sur, lo que ha llevado al presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, a buscar una reunión con el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, para discutir cuestiones migratorias, así como el tráfico de drogas y armas de fuego.
El acuerdo ha suscitado preguntas sobre si México está asumiendo una mayor responsabilidad en la gestión de la migración en lugar de Estados Unidos. La violencia en ciertas regiones de México también ha contribuido al aumento de la migración, especialmente de familias que buscan asilo.
En última instancia, el acuerdo busca abordar la creciente migración irregular y detener el flujo de migrantes impulsado por contrabandistas, al tiempo que mantiene el acceso a vías legales para el comercio y los viajes.