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Opinión

La gran noche. Por Raúl Saucedo

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Brindemos

Existe una fecha en el calendario que año con año se marca con antelación anual, pareciera que la humanidad al menos en occidente existe para celebrar esta fecha, la navidad…

En mi caso no celebro la navidad y no porque a través de los años se me haya apodado el grinch (película que vi recientemente), sino porque yo celebro la noche buena.

¿Pero que es la noche buena?, para mi… es esa noche en la que vuelves a casa con añoranza del abrazo de tu madre, donde su frente año con año queda más justa a los labios que manifestaron su primer palabra en su nombre, del cariño ríspido de la barba de tu hermano, de las ausencias en la mesa

La noche buena, es esa noche donde el paladar se llena de sabores olvidados durante todo un año, la noche donde los infantes brindan y beben quizá por primera vez la vid y ahí empieza la condenación de algunos.

La noche buena es una fecha cargante para muchas familias, es la noche donde las ausencias son menos llevaderas, donde las conversaciones empiezan con la anécdota de una cena similar, en otro año, con otras presencias.

La noche buena es la gruta de los lobos que vagan por le mundo y vuelven de cuando a cuando para oler a cocinas, flores en la mesa, vino tinto y perfumes de señoras.

La noche buena es la ocasión especial para que nuestros labios al calor del brindis digan lo que han callado durante un año, donde las palabras son manifiesto del ser, donde esas palabras son el preámbulo agridulce a la gran cena, donde solo la sazón de la madre borra ese sabor a fierro de la lengua.

La noche buena no puede concebirse sin la añorada mañana de navidad donde los pequeños e ingenuos esperan regalos bajo esferas y luces, regalos que manifiestan el afecto de unos y la ausencia de otros.

No me malinterprete querido lector, no pretendo sabotear su espíritu decembrino a unos dias de la gran noche, tengo un amor tan profundo por esta noche que en esencia es la fecha que mas espero para poder ver a los ojos a los míos y demostrarme una vez mas que ha valido la pena, la noche donde no pido nada como presente, porque lo tengoabsolutamente todo.

La noche buena es la catarsis de la noche vieja, pero esa es otra noche…

@Raul_Saucedo

rsaucedo@uach.mx

Opinión

Fotografías. Por Raúl Saucedo

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Las Políticas por hacer

El quehacer político moderno, a menudo toma en cuenta a los sectores de la sociedad que ostentan poder o influencia visible dentro de la comunidad:  Los adultos votan, las empresas influyen y los medios de comunicación amplifican sus voces. Sin embargo, en el complicado juego de poder, la niñez, un grupo vital pero silencioso, suelen quedarse en el margen.

La Niñez representa el futuro; es el cimiento sobre el que se construirán las próximas generaciones. Su bienestar, educación y salud son indicadores clave no solo de su calidad de vida individual, sino también del progreso y la salud de una sociedad en su conjunto. A pesar de esto, los gobiernos frecuentemente pasan por alto  la creación de políticas públicas enfocadas en este sector, principalmente porque esta parte de la sociedad no votan ni tienen voz directa en los procesos políticos.

Este “descuido” puede atribuirse a varios factores. Primero, la falta de representación política directa. La niñez depende completamente de los adultos para que sus intereses sean representados en el gobierno. Sin embargo, las agendas políticas suelen estar más influenciadas por las preocupaciones inmediatas de los votantes adultos —empleo, economía, seguridad— relegando a un segundo plano temas como la educación de calidad o la protección contra el abuso y la negligencia.

Además, la falta de datos específicos sobre los problemas que afectan a la niñez impide formular políticas bien informadas. A menudo, las estadísticas y estudios disponibles no desglosan la información por edad de manera que refleje las realidades específicas de este grupo. Esto conduce a un entendimiento incompleto de sus verdaderas necesidades y desafíos.

Es más, los problemas que afectan a la niñez suelen ser transversales y requieren una política integrada. Por ejemplo, la pobreza infantil no solo afecta la nutrición; impacta también en el acceso a la educación, la salud y las oportunidades de desarrollo social y emocional. Sin un enfoque especifico que contemple la complejidad de estos asuntos, las políticas resultantes pueden ser ineficaces o incluso contraproducentes.

La Convención sobre los Derechos del Niño, adoptada en 1989 por las Naciones Unidas (ONU), establece en teoría un marco internacional para la protección de los derechos de la niñez, incluyendo el derecho a la educación, la salud y la protección contra la explotación infantil. Sin embargo, la aplicación de estos derechos en políticas concretas sigue siendo un desafío global.

Por lo tanto, es fundamental que los gobiernos reconozcan la importancia de la niñez en el desarrollo social y económico de un país. Invertir en este sector no es solo una cuestión de cumplir con obligaciones morales o internacionales, sino una estrategia prudente para fomentar sociedades más educadas, saludables y equitativas. Los niños y niñas de hoy son los adultos del mañana; sus problemas y necesidades deben ser una prioridad, no una reflexión tardía.

Para abordar esta cuestión sistémica, es necesario promover una mayor participación de los expertos en infancia en los procesos de toma de decisiones y asegurar que las políticas públicas sean evaluadas también en función de su impacto en la población infantil. Las voces de los infantes, aunque no se expresen en las urnas, deben resonar en los corredores del poder a través de quienes aboguen por su bienestar y futuro.

Ignorar las necesidades de este sector en la formulación de políticas públicas no solo es un fracaso en proteger a los más vulnerables, sino también una miopía estratégica que compromete el desarrollo sostenible y la justicia social a largo plazo. Es hora de que los gobiernos ajusten sus lentes y enfoquen claramente en el bienestar y los derechos de los niños, garantizando así un futuro mejor para todos.

Este planteamiento personal y profesional surge en reflexión del pasado 30 de abril, donde la mayoría de mis amigos publicaron historias sobre festivales infantiles en compañía de sus hijos, mientras yo daba un clavado al baúl de los recuerdos encontrando fotografías olvidadas de una etapa fundamental de mi vida, todo esto con aquella canción de fondo del Maestro Sabina donde protestamos contra el misterio del mes de abril.

@Raul_Saucedo

rsaucedo@uach.mx

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