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Fiscal critica ‘mala memoria’ de Biden; el presidente le responde que ‘está bien’

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El Fiscal Robert Hur no presentó cargos en contra del presidente y dijo que en los interrogatorios, Biden mostró una memoria limitada.

Washington.- El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, afirmó este jueves que su memoria «está bien» después de que el fiscal especial, Robert Hur, concluyera horas antes que el mandatario retuvo intencionadamente documentos clasificados de su época como vicepresidente, pero decidiera no presentar cargos en su contra.

En el documento emitido por el fiscal tras la investigación, éste aseguró que Biden mostró una «memoria significativamente limitada» durante los interrogatorios que se le hicieron en 2023.

A lo que Biden contestó en una rueda de prensa improvisada desde la Casa Blanca que su memoria se encuentra en buenas condiciones, consciente de que el factor de su edad (81 años) y sus lapsus en público podrían lastrar su reelección en los comicios presidenciales de noviembre.

«Tengo buenas intenciones, y soy un hombre mayor, y sé qué demonios estoy haciendo», añadió Biden ante la pregunta de un periodista de Fox News al respecto.

Sin embargo, parte de su argumento cayó en saco roto cuando, en un punto de esta intervención concretamente desde la sala para recepciones diplomáticas de la Casa Blanca, confundió al presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, con el de Egipto, Abdelfatah al Sisi.

Biden ha sido objeto de investigación desde que hace un año se encontraron en su domicilio de Delaware y en una oficina privada documentos clasificados de la época en la que fue vicepresidente de Barack Obama (2009-2017).

Los documentos fueron encontrados por los abogados de Biden en noviembre y diciembre de 2022, y entregados inmediatamente a los Archivos Nacionales, el organismo que tiene que resguardarlos, tras lo cual el Departamento de Justicia abrió una investigación.

«Nuestra investigación descubrió pruebas de que el presidente Biden retuvo y divulgó voluntariamente material clasificado después de su vicepresidencia, cuando era un ciudadano privado», se especificaba en el documento.

«No infringí la ley. Y punto»

Sin embargo, en la comparecencia de este jueves, Biden insistió en su inocencia: «No infringí la ley. Y punto».

Aunque reconoció: «Asumo la responsabilidad por no haber revisado exactamente lo que mi personal estaba haciendo. Entraban y salían. Algunas cosas aparecieron en mi garaje, otras salieron…».

Hur había esgrimido que procesar a Biden debido a este caso era «injustificado según nuestra consideración de los factores agravantes y atenuantes» y detalló que las pruebas «no establecen la culpabilidad» del presidente «más allá de toda duda razonable».

Fue entonces cuando el fiscal especial hizo hincapié en la «memoria» del presidente e incluso reveló que no recordó las fechas en las que ocupó la vicepresidencia y tuvo dificultades para recordar la fecha de la muerte de su hijo Beau en 2015.

«¿Cómo demonios se atreve a plantear eso?», zanjó hoy Biden de forma vehemente.

El expresidente Donald Trump (2017-2021), precandidato republicano a las elecciones del próximo noviembre, también fue investigado por retener documentos oficiales en su mansión de Florida y fue imputado de 40 cargos ya que durante meses se negó a entregarlos. EFE

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Los retos de la Inteligencia Artificial ante un verano muy caliente

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El término “invierno de la inteligencia artificial” fue introducido por Roger Schank y Marvin Minsky en 1984, en la convención anual de la Asociación Norteamericana de Inteligencia Artificial (AAAI).

En ese encuentro advertían acerca de un probable estancamiento en el ámbito de la IA, caracterizado por una merma en el financiamiento y el entusiasmo hacia esta disciplina. La metáfora vino inspirada por el “invierno nuclear” del que se hablaba durante la Guerra Fría ante el riesgo de ataques con bombas atómicas, para ilustrar un periodo de declive, luego de una etapa de elevadas expectativas, respecto a las capacidades de la inteligencia artificial.

Cambio de narrativa

La revolución de la inteligencia artificial(IA) está marcando un antes y un después en diversas actividades profesionales, redefiniendo roles y automatizando ciertas funciones, particularmente aquellas caracterizadas por su repetitividad o la gestión de extensos volúmenes de datos.

Un informe del Departamento de Educación del Gobierno británico publicado a finales de 2023 evaluaba los posibles efectos de la IA en el mercado de trabajo de Reino Unido, señalando las debilidades de algunos puestos de trabajo. Algunos ejemplos que se encuentran en la línea de fuego de esta transformación tecnológica son: analistas de datos, periodistas, personal de back office, agentes bursátiles y traders, auditores y contables, consultores y analistas económicos, asesores financieros y analistas de riesgos financieros, entre otros.

IA y enriquecimiento global

McKinsey Global Institute ha examinado el impacto de la inteligencia artificial en campos como la economía y las finanzas, con un enfoque particular en su influencia en el ámbito laboral.

Los resultados de la investigación sugieren que, a pesar de los desafíos asociados con su adopción y absorción, la IA tiene el potencial de generar una actividad económica adicional a nivel global de entre 2,6 y 4,4 miles de millones de dólares anuales. Por ejemplo, el PIB español en 2021 fue de 1,4 mil millones de dólares. Esto aumentaría a nivel global el impacto de la inteligencia artificial en la economía entre un 15 y un 40 %.

El panorama de la IA ha experimentado un cambio significativo en los últimos años, con un marcado incremento tanto en su adopción como en la inversión por parte de las organizaciones. Desde 2017, la implantación de la IA se ha duplicado y actualmente más de la mitad de las empresas dedican más del 5 % de sus presupuestos para digitalización a esta tecnología.

Valor añadido e innovación

Ante el imparable avance de la inteligencia artificial, es momento de encarar la realidad: la entrada de la inteligencia artificial a las empresas afectará al trabajo de las personas, que deben reinventar su lugar en el mercado de trabajo.

Hay que evitar la llegada del “invierno del trabajo”: la formación de valor añadido y la habilidad de pensar de manera innovadora, lo que llaman “pensar fuera de la caja”, ya no son meros complementos sino requisitos indispensables para no verse relegados en sus funciones.

La innovación y la ética deben ir de la mano en este nuevo escenario, pero, sin una dosis de creatividad y aporte único, el desarrollo humano y el crecimiento profesional corren el riesgo de estancarse.

Este cambio de paradigma no admite términos medios: o los trabajadores se mantienen evolucionando constantemente o se quedarán atrás.

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