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Opinión

La clave. Por Raúl Saucedo

Manual para un Principiante

El panorama político global en los últimos años se ha marcado por el auge de la Posverdad, la Polarización y el Populismo, planteándonos serias interrogantes sobre el futuro de la justicia en México dentro del presente proceso electoral. En este contexto, un candidato al poder judicial que explote estas tendencias podría encontrar un camino, aunque peligroso, hacia el triunfo.

La Posverdad, esa distorsión deliberada de la realidad donde las emociones y creencias personales priman sobre los hechos objetivos, se ha convertido en una herramienta poderosa para movilizar a las masas. En un país donde la desconfianza en las instituciones es crónica, un candidato que domine el arte de la narrativa emocional y la simplificación de problemas complejos podría ganar terreno. La promesa de soluciones rápidas y la identificación de chivos expiatorios, aunque carentes de sustento, resuenan en un electorado frustrado y a la vez con expectativas de este proceso.

La Polarización, esa división social exacerbada que convierte las diferencias políticas en trincheras irreconciliables, también juega un papel crucial. Un candidato que se posicione como el defensor de un grupo específico frente a un enemigo común, real o imaginario, podría movilizar a sus seguidores con fervor. La narrativa del «nosotros contra ellos» alimenta el resentimiento y la desconfianza, creando un ambiente propicio para la manipulación de los electores.

El Populismo, esa apelación directa al «pueblo» contra las «élites», completa el tridente de estrategias riesgosas. Un candidato que se presente como el representante genuino de la voluntad popular, despreciando los contrapesos institucionales y las normas democráticas, podría ganar adeptos entre aquellos que se sienten marginados y olvidados. La promesa de un cambio radical, sin importar las consecuencias, seduce a quienes buscan respuestas simples a problemas complejos.

En el contexto de la elección de un juez, magistrado o ministro la situación puede llegar a ser  preocupante. Un candidato que prometa una justicia rápida y punitiva, sin importar los derechos y garantías, podría encontrar eco en un electorado sediento de venganza de justicia. La descalificación de los jueces y abogados como parte de una «élite corrupta» podría alimentar la desconfianza en el sistema judicial y allanar el camino para un candidatos que prometan una «justicia popular».

Diferentes elecciones en latitudes mundiales muy diferentes han demostrado que estas estrategias, aunque peligrosas para la democracia, pueden ser efectivas para el triunfo. La desinformación, las noticias falsas y las campañas de odio en redes sociales han demostrado su capacidad para influir en el electorado.

En México, la persistencia de la impunidad en el sistema judicial crea un terreno fértil para lo antes expuesto.

El triunfo de los candidatos que exploten la Posverdad, la Polarización y el Populismo representaría un grave retroceso para la justicia mexicana. La independencia judicial, la imparcialidad y el respeto a los derechos humanos se verían amenazados. La justicia se convertiría en un instrumento de venganza y manipulación política, socavando los cimientos de la democracia. Es crucial que los ciudadanos estén informados, sean críticos y defiendan la independencia judicial, para evitar que la justicia caiga en manos de quienes buscan manipularla.

La aportación de esta semana no es un manual para amigos y conocidos que ha inundado las redes sociales con sus fotografías y diseños, quizá solo son ideas trasnochadas por la última semana.

@Raul_Saucedo

rsaucedo@uach.mx

Opinión

El aislamiento. Por Raúl Saucedo

LA ERA POST-ARANCELES

Imagine usted apreciable lector que por un instante las decisiones de la administración Trump de imponer aranceles universales, exceptuando a México y Canadá no cambiarán cada Lunes y Martes. Imagine que esta política se mantiene durante los cuatro años que dura la administración Trump, las consecuencias serían profundas y duraderas, alterando las dinámicas comerciales y geopolíticas en el mundo.

La excepción arancelaria otorgada a México y Canadá consolidaría un bloque comercial norteamericano altamente integrado. El Tratado de Libre Comercio México-Estados Unidos-Canadá (T-MEC) se convertiría en un bastión de producción y consumo, con cadenas de suministro optimizadas y costos reducidos.

México: Experimentaría un auge en sus exportaciones hacia Estados Unidos, especialmente en sectores como la manufactura automotriz y la agricultura. Las inversiones extranjeras directas se incrementarían en México y el peso se fortalecería. Se estaría crecimiento entre el 1.5% y el 2% adicional anual, debido a la ventaja competitiva.

Canadá: Se beneficiaría de una mayor integración con el mercado estadounidense, fortaleciendo sus industrias automotriz, energética y maderera. El dólar canadiense se estabilizaría, y la economía experimentaría un crecimiento sostenido.

El resto del mundo enfrentaría un escenario de fragmentación comercial en 3 grandes ejes visibles:

China: Sufrirá una caída significativa en sus exportaciones a Estados Unidos. Su crecimiento económico se ralentizaría, y el yuan se depreciaría. Las tensiones geopolíticas se intensificarían, y China buscaría fortalecer sus relaciones comerciales con otros países, especialmente en Asia, África y Sudamérica.

La Unión Europea: Sufriría una disminución en sus exportaciones a Estados Unidos, especialmente en sectores como la automoción y la agricultura. El euro se debilitaría, y la economía europea se estancaría. La UE buscaría diversificar sus mercados, pero el proceso sería lento y costoso dado su situación actual.

Países en Desarrollo: Muchos países en desarrollo, dependientes de las exportaciones a Estados Unidos, se verían gravemente afectados. Sus economías se contraerían, y la pobreza aumentaría. Algunos países buscarían fortalecer sus relaciones comerciales con China, pero la dependencia de un solo mercado aumentaría su vulnerabilidad.

Las empresas multinacionales reconfigurarían sus cadenas de suministro, trasladando la producción a México y Canadá para evitar los aranceles. Esto generaría un auge en la inversión en estos países.

La política arancelaria de Trump aumentaría las tensiones geopolíticas, con un riesgo creciente de conflictos comerciales y políticos. China y la Unión Europea buscarán fortalecer sus alianzas, y el orden mundial basado en reglas se debilitará.

En resumen, cuatro años de aranceles universales, exceptuando a México y Canadá, crearían un mundo más fragmentado y proteccionista, con un bloque norteamericano fortalecido y el resto del mundo luchando por adaptarse.

Recuerde apreciable lector que en esta columna se le solicitaba que imaginara cómo sería el mundo sin la agenda cambiante dictada desde Pennsylvania #1600 y durante 4 años sostenidos, las letras antes expuestas serían ese posible resultado.

Todo esto sucede mientras yo acompaño en momentos “El Aislamiento” de un amigo que a la luz es catarsis de que lo mejor está por venir.

@Raul_Saucedo

rsaucedo@uach.mx

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