La frágil tregua entre Donald Trump y Elon Musk colapsó este martes tras una serie de ataques cruzados por la aprobación del polémico paquete legislativo impulsado por el presidente de Estados Unidos, conocido como el “Big, Beautiful Bill”. Musk, quien se opone abiertamente a la iniciativa por su impacto fiscal, ha emprendido una ofensiva digital contra los legisladores republicanos que la respaldaron. En respuesta, Trump advirtió que podría revisar los contratos federales de las empresas del magnate tecnológico.
Durante una conferencia en la Casa Blanca, Trump lanzó una amenaza inusual al sugerir que DOGE, la llamada “Departamento de Eficiencia Gubernamental” que Musk alguna vez dirigió, podría volverse en su contra. “DOGE es un monstruo que podría regresar y comerse a Elon”, dijo el presidente. “Está muy molesto por perder su mandato de vehículos eléctricos. Pero puede perder mucho más que eso”.
La tensión escaló cuando Musk anunció en su plataforma X que destinará recursos para financiar campañas primarias contra los congresistas republicanos que respaldaron la medida. “Todo aquel que haya prometido reducir el gasto y ahora vote por el mayor incremento de deuda en la historia verá su rostro en un cartel en las primarias”, publicó, acompañando el mensaje con una imagen de Pinocho y la palabra “MENTIROSO”.
El desencuentro no es nuevo. Hace apenas un mes, Musk acusó sin pruebas a Trump de encubrir información sobre el caso Epstein, aunque posteriormente se retractó y eliminó las publicaciones más incendiarias. Esta vez, sin llegar al insulto directo, Musk escribió: “Es tan tentador escalar esto. Tan, tan tentador. Pero me abstendré… por ahora”.
El distanciamiento ha impactado directamente en los mercados. Las acciones de Tesla cayeron 7% este martes, luego de perder 2% el lunes, en un entorno bursátil donde el S&P 500 y el Nasdaq alcanzaron récords. Analistas temen que Trump cumpla su amenaza y afecte contratos clave de SpaceX y Tesla, cuyas operaciones dependen en parte del gobierno federal.
Según cálculos de JPMorgan, Tesla podría perder hasta 1,200 millones de dólares anuales si se elimina el crédito fiscal de 7,500 dólares por vehículo eléctrico. Además, la posible anulación de la venta de créditos regulatorios entre fabricantes —por los estándares de emisiones— le costaría otros 2 mil millones de dólares anuales.
En su defensa, Trump señaló que Musk ha sido el mayor beneficiario de subsidios gubernamentales en la historia. “Sin subsidios, Elon probablemente tendría que cerrar y regresar a Sudáfrica”, ironizó en su red Truth Social.
Musk, por su parte, insiste en que su oposición al paquete económico no se debe a la eliminación del incentivo para autos eléctricos, sino al aumento desproporcionado de la deuda nacional. Según la Oficina Presupuestaria del Congreso, el proyecto sumaría 3.3 billones de dólares al déficit en la próxima década.
El magnate incluso sugirió la creación de un nuevo partido político: “Si este proyecto de locura pasa, el Partido América se formará al día siguiente”, escribió.
Aunque Musk invirtió más de 275 millones de dólares en apoyo a Trump y candidatos republicanos en 2024, su reciente comportamiento pone en duda su lealtad política y su efectividad como operador electoral. De momento, el mensaje es claro: el enfrentamiento entre dos de las figuras más poderosas y polémicas del país apenas comienza, y las consecuencias podrían ser millonarias… y profundamente políticas.