La rivalidad más grande de la CONCACAF volvió a encenderse en el NRG Stadium de Houston con una final vibrante de Copa Oro, en la que México venció 2-1 a Estados Unidos y revalidó su título de campeón continental. Fue la octava vez que ambos colosos se enfrentaron en una final del torneo, y México volvió a imponerse como el gigante regional, sumando su séptima victoria en estas instancias frente a solo dos de su eterno rival.
El partido comenzó con dramatismo desde el primer minuto. Apenas al 3’, Sebastian Berhalter ejecutó con precisión un tiro libre que Chris Richards cabeceó con potencia. El balón se estrelló en el travesaño antes de cruzar la línea, dejando sin opciones al arquero Malagón. Gol tempranero que silenció a la mayoría verde en las gradas.
México reaccionó de inmediato con una propuesta agresiva y adelantando líneas. Al 13’, Roberto “Piojo” Alvarado intentó sorprender desde fuera del área, aunque sin dirección. Gilberto Mora también tuvo su oportunidad frente al arco, pero el portero estadounidense se lució con una gran atajada.
El momento de inspiración llegó al minuto 26. Marcel Ruiz filtró un pase milimétrico que Raúl Jiménez controló de espaldas, se dio la media vuelta en un palmo de terreno y con un disparo cruzado al poste venció al arquero rival. Golazo del delantero que revive su mejor versión y lo coloca a solo cuatro tantos de igualar el récord de Jared Borgetti como máximo goleador histórico del Tri.
México siguió empujando. Mora volvió a probar desde fuera del área al 39’, exigiendo una gran estirada del arquero estadounidense. Estados Unidos respondió antes del descanso con un asedio en el área mexicana que no supieron concretar. Así, con empate a uno, se cerró una primera mitad de alto voltaje.
El segundo tiempo mantuvo el tono de intensidad. México estuvo cerca de adelantarse al 50’ con otro disparo de Alvarado, y minutos después, Estados Unidos replicó con una jugada casi idéntica. La polémica no faltó: Jorge Sánchez cayó dentro del área mexicana y tocó el balón con la mano al apoyarse, pero el árbitro decidió no marcar penal al considerar que no hubo intención.
La jugada decisiva llegó al 76’. Tras una falta cerca del área, Edson Álvarez se elevó entre los defensores y remató de cabeza con precisión para poner el 2-1. El VAR confirmó la legalidad del gol, desatando la euforia mexicana.
Ya en el cierre, Santi Giménez ingresó de cambio pero sufrió una aparatosa caída que torció uno de sus dedos. Pese al susto, pudo continuar. Se agregaron siete minutos de infarto donde Estados Unidos buscó el empate con más empuje que claridad. México resistió y levantó su segundo trofeo consecutivo.
Con Edson Álvarez nombrado MVP del torneo, y Raúl Jiménez firmando uno de los goles más importantes de su carrera, la Selección Mexicana ratifica su dominio regional y vuelve a escribir su nombre en letras doradas en la historia de la Copa Oro.