La administración de Donald Trump impuso nuevas restricciones a los vuelos procedentes de México y amenazó con desmantelar la alianza entre Delta Air Lines y Aeroméxico, en respuesta a lo que calificó como un incumplimiento sistemático del acuerdo bilateral de transporte aéreo firmado en 2015.
El Departamento de Transporte de Estados Unidos acusó al gobierno mexicano de violar dicho acuerdo desde 2022, cuando revocó slots (espacios de despegue y aterrizaje) en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México para aerolíneas estadounidenses y forzó a las empresas de carga de EE.UU. a mudarse a otras terminales de la capital.
Según el secretario de Transporte, Sean P. Duffy, México justificó esas medidas bajo el argumento de obras de infraestructura, pero a tres años de distancia no se ha realizado ninguna construcción significativa. Señaló que esta decisión afectó severamente a empresas estadounidenses, generándoles millones de dólares en pérdidas por costos logísticos adicionales.
Las nuevas medidas incluyen la obligación para aerolíneas mexicanas de registrar sus itinerarios ante el gobierno estadounidense, la necesidad de solicitar autorización previa para vuelos charter de gran capacidad y la posible cancelación de la inmunidad antimonopolio entre Delta y Aeroméxico. Esta última decisión impactaría directamente la colaboración entre ambas aerolíneas, considerada una de las más relevantes en el mercado transfronterizo.
Duffy también responsabilizó a la administración anterior de Joe Biden por permitir lo que llamó un “desequilibrio inadmisible” en la relación aérea bilateral. “Eso se terminó hoy. Estados Unidos Primero significa hacer valer el principio de equidad para nuestras aerolíneas y nuestros negocios”, declaró.
El funcionario advirtió que estas medidas podrían extenderse a otros países si incumplen sus compromisos. Dijo que actualmente se monitorean aeropuertos europeos para evitar restricciones injustificadas bajo el argumento del control de ruido y afirmó que el gobierno de Trump está decidido a proteger la competitividad y legalidad en los mercados de aviación internacional.
Con este movimiento, la administración Trump vuelve a tensar la relación con México, en un momento clave para la industria aérea regional