El italiano Jonathan Milan se adjudicó este miércoles su segundo triunfo de etapa en la presente edición del Tour de Francia, tras imponerse al esprint en Valence durante una jornada marcada por una caída masiva en los últimos metros. El ciclista del equipo Lidl-Trek no solo consolidó su liderato en la clasificación por puntos (maillot verde), sino que también aprovechó una de las últimas oportunidades para los velocistas antes del cierre en París.
La etapa 17, de 160 km entre Bollène y Valence, se disputó bajo condiciones complicadas debido a la lluvia y el pavimento resbaloso. A un kilómetro de la meta, una aparatosa caída bloqueó parcialmente la ruta y redujo el grupo de contendientes a menos de una decena. Desde allí, Milan logró resistir el ataque final de Jordi Meeus para cruzar la meta en primer lugar.
«Estoy sin palabras, esto no lo hice solo», declaró Milan, visiblemente emocionado, al terminar. “Mis compañeros fueron clave, me ayudaron cuando me quedé rezagado en las subidas, especialmente Quinn Simmons, que hizo un gran trabajo para traerme de vuelta”.
La victoria de Milan llega tras las críticas a su equipo por no disputar los puntos intermedios en la jornada anterior, lo que había reducido su ventaja en el maillot verde a apenas 11 unidades sobre Tadej Pogacar. Con este resultado, su ventaja se amplía a 72 puntos, aunque aún tendrá que luchar en los sprints intermedios de las etapas montañosas si quiere asegurar el jersey en París.
En cuanto a la clasificación general, Pogacar salió ileso del caos final y mantiene su liderato con 4 minutos y 15 segundos de ventaja sobre Jonas Vingegaard, en vísperas de las decisivas etapas alpinas.
Entre los perjudicados por la caída estuvo Biniam Girmay, quien recibió atención médica por molestias, mientras que Tim Merlier, campeón europeo y principal rival de Milan en los sprints, no cayó pero quedó atrapado y fuera de la disputa final.
En un hecho insólito, un espectador intentó cruzar la línea de meta en bicicleta y fue rápidamente interceptado por personal de seguridad, añadiendo una nota excéntrica a un día ya de por sí accidentado.
Con esta victoria, Milan refuerza su candidatura al maillot verde y se convierte, quizás, en el sprinter más sólido de una edición del Tour que ha ofrecido pocas oportunidades a los hombres rápidos.