Israel Vallarta fue liberado después de pasar dos décadas en prisión sin sentencia, luego de que una jueza federal determinara que no existían pruebas suficientes para vincularlo con los secuestros de los que fue acusado. Su caso, uno de los más polémicos y mediáticos en México, estuvo marcado por tortura, corrupción y un montaje televisivo transmitido en vivo.
Originario de la Ciudad de México, Israel Vallarta creció en una familia unida dedicada al comercio de autos. Ya en su vida adulta, emprendió negocios propios, incluyendo una clínica de belleza en Guadalajara. Fue ahí donde conoció a Sebastien Cassez, hermano de Florence Cassez, con quien más tarde viviría el infame episodio del montaje judicial durante el sexenio de Felipe Calderón.
El 8 de diciembre de 2005, Vallarta y Florence Cassez fueron detenidos por la extinta Agencia Federal de Investigación (AFI) en el rancho Las Chinitas. La detención fue transmitida en vivo por televisión, pero luego se descubrió que había sido un montaje orquestado por las autoridades. Vallarta había sido arrestado un día antes, y fue obligado a simular su aprehensión para las cámaras, bajo presión de agentes como Luis Cárdenas Palomino.
La acusación era que ambos encabezaban la banda de secuestradores conocida como Los Zodiaco. Sin embargo, la defensa de Vallarta demostró múltiples irregularidades, incluida la tortura para arrancarle confesiones. Mientras Florence Cassez fue liberada en 2013 tras comprobarse violaciones al debido proceso, Vallarta permaneció encarcelado sin sentencia.
Durante estos 20 años, su familia nunca dejó de luchar por demostrar su inocencia. El caso quedó ligado a figuras clave del sexenio calderonista como Genaro García Luna, entonces titular de la AFI y hoy preso en Estados Unidos por vínculos con el narcotráfico.
Finalmente, una jueza federal determinó que no existían elementos suficientes para condenarlo y ordenó su liberación inmediata, cerrando así uno de los episodios más oscuros de la justicia mexicana reciente.