La final del Campeonato Estatal de Beisbol de Chihuahua se vio envuelta en un escándalo que encendió la rivalidad entre Dorados y Indios de Ciudad Juárez. El pitcher de Dorados, Gabriel Ponce, fue expulsado en la cuarta entrada del partido disputado este viernes, luego de que los ampáyers confirmaran que portaba brea en la manga de su uniforme.
El momento de tensión comenzó cuando los jugadores de Indios detectaron movimientos sospechosos del lanzador, quien de manera reiterada llevaba la mano a la manga de su brazo. Ante la inconformidad del equipo fronterizo, los ampáyers procedieron a una revisión en el campo, donde hallaron la sustancia prohibida. La decisión fue inmediata: expulsión del serpentinero, que hasta ese instante había lanzado 62 pitcheos y mantenía a su equipo en la pelea.
La utilización de brea en el béisbol, aunque común entre bateadores para mejorar el agarre del bate, está prohibida para los lanzadores, pues les otorga un control excesivo sobre la pelota y representa una ventaja injusta. En este caso, Ponce fue sorprendido con una barra de brea de pino, resina sólida y translúcida que se obtiene de la destilación de la madera y que suele utilizarse para evitar que la pelota resbale en climas fríos.
De acuerdo con las reglas oficiales, la sustancia puede aplicarse en el bate hasta un máximo de 45 centímetros desde el extremo, pero nunca en la pelota ni en el cuerpo del lanzador. La Regla 3.01 es clara al prohibir frotar la pelota con materiales como tierra, papel de lija o brea, mientras que la Regla 8.02(b) establece que ningún pitcher puede tener sustancias adheridas a la mano, dedos o muñeca.
El hallazgo convirtió a Ponce en protagonista de la polémica, manchando el desarrollo de una final que se esperaba intensa únicamente por lo deportivo. La decisión de los ampáyers no dejó espacio para la duda: el uso de brea en el montículo es considerado trampa y su sanción es la expulsión inmediata.
La rivalidad Dorados-Indios ya tenía suficiente historia, pero este episodio promete ser recordado como uno de los más controvertidos en la memoria reciente del béisbol estatal.
