La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, restó importancia a la decisión de la Comisión de Relaciones Exteriores del Congreso de Perú, que aprobó una declaratoria para considerarla persona non grata. La medida, motivada por sus declaraciones en favor del expresidente Pedro Castillo, aún deberá ser ratificada por el pleno en los próximos días.
Durante su conferencia matutina, Sheinbaum reiteró su respaldo a Castillo y subrayó que su postura se mantiene en línea con la política exterior que impulsó Andrés Manuel López Obrador. “Pedro Castillo vivió un golpe de Estado y me solidaricé con él. No importa, nosotros vamos a mantener nuestra posición”, declaró ante la prensa.
La controversia se agudizó a finales de agosto de 2025, cuando la mandataria mexicana recibió al abogado de Castillo en Palacio Nacional. Tras ese encuentro, expresó en redes sociales: “En nombre de México, expreso mi más profunda solidaridad con él y su familia, porque sabemos que su situación no sólo es un caso personal, sino un grave precedente de persecución política y discriminación en nuestra región”.
Posteriormente, Sheinbaum solicitó a la ONU intervenir con decisión para garantizar el respeto a los derechos humanos del exmandatario peruano. Sin embargo, la cancillería de Perú respondió rechazando categóricamente sus afirmaciones. El gobierno peruano sostuvo que Castillo no es un perseguido político, sino un exfuncionario acusado de haber intentado un golpe de Estado fallido en diciembre de 2022.
Además, la cancillería peruana calificó las declaraciones de la presidenta mexicana como un reflejo de “desconocimiento absoluto de la realidad peruana, de su Constitución y de su ordenamiento jurídico”.
La decisión pendiente del Congreso de Perú mantiene abierto un nuevo capítulo en la relación diplomática entre ambos países, marcado por la tensión en torno al caso Castillo y por las diferencias políticas que siguen generando posiciones encontradas en la región.