La calma en McLaren empieza a resquebrajarse. Lo que parecía un dominio sólido del equipo de Woking en el Mundial 2025 se ha visto sacudido por el resurgir de Max Verstappen, cuya velocidad y consistencia comienzan a preocupar tanto al director Andrea Stella como a su piloto estrella, Lando Norris.
Desde Monza, el MCL39 ha mostrado debilidades en circuitos de baja carga aerodinámica, y en Zandvoort tampoco se tradujo en ventaja la teórica superioridad en trazados de alta carga. Verstappen estuvo cerca de arrebatar el segundo puesto en pista, y solo el abandono de Norris por rotura de motor evitó un desenlace más doloroso para McLaren.
En Bakú, las dudas crecieron: Norris se atascó detrás del Red Bull de Yuki Tsunoda durante varias vueltas y acabó séptimo, un resultado que destapó la falta de confianza en que el campeón saldrá forzosamente de la escudería británica.
El propio Norris reconoció que Red Bull sigue marcando diferencias clave, incluso tras un año en el que McLaren ha sumado nueve poles y 12 victorias en 17 Grandes Premios:
“Podemos ser rápidos, pero no lo repetimos con la frecuencia de Red Bull. Cuando sigo a su coche, queda claro que hay áreas donde todavía son superiores”, admitió.
Aunque Singapur se perfila como una pista favorable a McLaren —territorio en el que Verstappen nunca ha ganado—, en el equipo papaya saben que las últimas siete citas serán una batalla constante contra un rival que no se rinde.
Con Oscar Piastri liderando el campeonato por 25 puntos sobre Norris y Verstappen al acecho, la lucha por el título de 2025 se intensifica. McLaren reconoce que su temporada ha sido brillante, pero la sombra del neerlandés amenaza con cambiar la narrativa en la recta final.