El debate sobre el exigente calendario del tenis profesional volvió a encenderse tras las recientes críticas de Carlos Alcaraz, Coco Gauff e Iga Swiatek. Los tres coincidieron en que los torneos obligatorios, especialmente los Masters 1000 extendidos a dos semanas, generan un desgaste físico y mental insostenible.
Alcaraz reconoció que incluso contempla saltarse algunos torneos: “Tengo que considerar en el futuro si debo renunciar a algunos obligatorios para cuidar mi condición física y mental”. Swiatek, por su parte, fue tajante: “La WTA ha hecho que esto sea una locura, es imposible encajarlo en el calendario”.
En medio de este escenario, Novak Djokovic lanzó un mensaje directo, señalando que los jugadores no hacen lo suficiente para cambiar la situación:
“Nos quejamos, pero no invertimos el tiempo y esfuerzo necesario para cambiar las cosas. Se necesita que los mejores del mundo se pongan manos a la obra, entiendan bien cómo funciona todo y hagan algo más que hablar en ruedas de prensa”, advirtió.
El serbio también criticó el monopolio en la toma de decisiones dentro del tenis, al tiempo que recordó que muchos jugadores aceptan exhibiciones lucrativas mientras denuncian el exceso de competencias oficiales: “Todo es un poco contradictorio”.
Con estas declaraciones, Djokovic no solo cuestiona el modelo actual, sino que también pone presión sobre Alcaraz y los nuevos líderes del circuito: pasar de las palabras a la acción si quieren transformar el tenis profesional.