Taylor Swift confirmó que no encabezará el espectáculo de medio tiempo del próximo Super Bowl, que tendrá lugar en febrero de 2026, y que será protagonizado por el rapero puertorriqueño Bad Bunny. La cantante explicó que, aunque estuvo en contacto con los productores del evento, nunca recibió una oferta formal.
En una entrevista en The Tonight Show con Jimmy Fallon, Swift desmintió rumores sobre su supuesta negativa a participar debido a la propiedad de los derechos de la grabación de su actuación. Señaló que Jay-Z, cuya compañía Roc Nation produce los shows de medio tiempo desde 2019, ha mantenido una relación cercana con su equipo, pero que las conversaciones nunca constituyeron una oferta oficial.
La verdadera razón detrás de su decisión, según Swift, es su compromiso con su prometido, Travis Kelce, ala cerrada de los Kansas City Chiefs. «Toda la temporada estoy concentrada en lo que ese hombre hace en el campo. Imagínate que él arriesga su vida cada semana en un deporte muy peligroso, y yo estaría preocupada por mi coreografía», explicó la cantante. Kelce ha sido campeón del Super Bowl en 2020, 2023 y 2024, y la pareja anunció su compromiso en agosto, tras comenzar su relación en 2023.
Swift aseguró que su decisión no tiene que ver con Kelce, quien apoyaría su participación, sino con su deseo de enfocarse completamente en seguir su desempeño deportivo durante la temporada. A pesar de que medios habían reportado previamente que la cantante rechazó ofertas para actuar en el Super Bowl en varias ocasiones, la NFL sigue considerándola una candidata ideal. El comisionado Roger Goodell mencionó recientemente que Swift podría presentarse en futuros eventos y que sería bienvenida en cualquier momento.
Con esto, Bad Bunny se convierte en el principal atractivo musical del espectáculo, mientras que Swift continuará centrada en su vida personal y en apoyar a Kelce en su carrera deportiva.