Conecta con nosotros

Opinión

SI EPN cree que bajó la violencia, que se de una vuelta por la Sierra sin escoltas: MORENA

Esta es la editorial que dedica el Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA) a la visita de Enrique Peña Nieto a Chihuahua:

SI PEÑA NIETO PIENSA QUE LA INSEGURIDAD HA DISMINUIDO EN CHIHUAHUA, QUE SE DE UNA VUELTO SIN ESCOLTAS POR LAS CARRETERAS DE LA SIERRA: MORENA.

A falta de un diagnóstico y una estrategia sólida ante la violencia y la criminalidad, Enrique Peña Nieto optó por prometer centros de convenciones durante su visita a Chihuahua. Está tan lejano de la problemática causada por el crimen en la entidad, que sería bueno que se diera una vuelta sin escoltas por las carreteras de la sierra donde acaban de ser asesinadas cuatro mujeres para que sintiera el terror cotidiano que sienten las familias de Chihuahua. Esto manifiesta el coordinador estatal del MORENA en el estado, Víctor Quintana.

Es evidente que Peña Nieto o está mal asesorado o no se deja asesorar. Su discurso deja ver que no existe un certero diagnóstico de lo que pasa en el estado ni de lo que pasa en el país, y esto se dejó ver desde que presentó el Plan Nacional de Seguridad el lunes pasado. Luego de más de tres meses que transcurrieron desde su nombramiento como presidente electo a la fecha, era tiempo más que suficiente para que sus asesores le hubieran elaborado un diagnóstico certero y acucioso de las manifestaciones de la violencia y la inseguridad, sus consecuencias y sus causas sociales, pero no hay nada de eso.

Los famosos seis puntos de planeación, prevención, protección, coordinación, evaluación y retroalimentación no son más que un refrito de cualquier manual del proceso administrativo para primero de profesional. Carecen de un contenido preciso, no revelan un curso de acción sólido, intencionado a atacar las causas mediatas e inmediatas de la criminalidad y la violencia en el país.

Las grandes ausencias en el planteamiento de Peña Nieto son, en primer lugar: un diagnóstico serio sobre las causas sociales de la violencia en el país, es decir, la relación de ésta con la situación de deterioro económico, desempleo, estancamiento en el ingreso de las familias, falta de servicios de protección y cobertura social, etc. En segundo lugar, un insuficiente diagnóstico sobre la incidencia de la corrupción de autoridades, cuerpos policíacos y fuerzas armadas en la impunidad y en la reproducción de la criminalidad. En tercer lugar, un total descuido de la dimensión internacional del problema: ningún planteamiento contundente sobre la venta sin control de armas en los Estados Unidos y el contrabando de las mismas hacia México. En cuarto lugar, un total descuido también en el problema del lavado de dinero, cuando el Departamento de Justicia del gobierno norteamericano acaba de multar al banco HSBC por mil 900 millones de dólares por sus operaciones con dinero producto de actividades criminales, sobre todo de los cárteles mexicanos. Y en quinto lugar, una estrategia multifactorial que, partiendo de este diagnóstico, ataque todas las causas de la situación tan terrible que se vive.

La ciudadanía chihuahuense es una ciudadanía informada y crítica, a ella no se le conforma con el aparato y la palabrería de la visita presidencial del martes 18, concluye el MORENA.

Clic para comentar

You must be logged in to post a comment Login

Leave a Reply

Opinión

León. Por Raúl Saucedo

La estrategia de la supervivencia

El pontificado de León XIII se desplegó en un tablero político europeo en ebullición. La unificación italiana, que culminó con la pérdida de los Estados Pontificios, dejó una herida abierta.

Lejos de replegarse, León XIII orquestó una diplomacia sutil y multifacética. Buscó alianzas —incluso improbables— para defender los intereses de la Iglesia. Su acercamiento a la Alemania de Bismarck, por ejemplo, fue un movimiento pragmático para contrarrestar la influencia de la Tercera República Francesa, percibida como hostil.

Rerum Novarum no fue solo un documento social, sino una intervención política estratégica. Al ofrecer una alternativa al socialismo marxista y al liberalismo salvaje, León XIII buscó ganar influencia entre la creciente clase obrera, producto de la Revolución Industrial. La Iglesia se posicionó como mediadora, un actor crucial en la resolución de la “cuestión social”. Su llamado a la justicia y la equidad resonó más allá de los círculos católicos, influyendo en la legislación laboral de varios países.

León XIII comprendió el poder de la prensa y de la opinión pública. Fomentó la creación de periódicos y revistas católicas, con el objetivo de influir en el debate público. Su apertura a la investigación histórica, al permitir el acceso a los archivos vaticanos, también fue un movimiento político, orientado a proyectar una imagen de la Iglesia como defensora de la verdad y del conocimiento.

Ahora, trasladémonos al siglo XXI. Un nuevo papa —León XIV— se enfrentaría a un panorama político global fragmentado y polarizado. La crisis de la democracia liberal, el auge de los populismos y el resurgimiento de los nacionalismos plantean desafíos inéditos.

El Vaticano, como actor global en un mundo multipolar, debería —bajo el liderazgo de León XIV— navegar las relaciones con potencias emergentes como China e India, sin descuidar el diálogo con Estados Unidos y Europa. La diplomacia vaticana podría desempeñar un papel crucial en la mediación de conflictos regionales, como la situación en Ucrania o las tensiones en Medio Oriente.

La nueva “cuestión social”: la desigualdad económica, exacerbada por la globalización y la automatización, exige una respuesta política. Un León XIV podría abogar por un nuevo pacto social que garantice derechos laborales, acceso a la educación y a la salud, y una distribución más justa de la riqueza. Su voz podría influir en el debate sobre la renta básica universal, la tributación de las grandes corporaciones y la regulación de la economía digital.

La ética en la era digital: la desinformación, la manipulación algorítmica y la vigilancia masiva representan serias amenazas para la democracia y los derechos humanos. León XIV podría liderar un debate global sobre la ética de la inteligencia artificial, la protección de la privacidad y el uso responsable de las redes sociales. Podría abogar por una gobernanza democrática de la tecnología, que priorice el bien común sobre los intereses privados.

El futuro de la Unión Europea: con la disminución de la fe en Europa, el papel del Vaticano se vuelve más complejo en la política continental. León XIV podría ser un actor clave en la promoción de los valores fundacionales de la Unión, y contribuir a dar forma a un futuro donde la fe y la razón trabajen juntas.

Un León XIV, por lo tanto, necesitaría ser un estratega político astuto, un líder moral visionario y un comunicador eficaz. Su misión sería conducir a la Iglesia —y al mundo— a través de un período de profunda incertidumbre, defendiendo la dignidad humana, la justicia social y la paz global.

Para algunos, el nombramiento de un nuevo papa puede significar la renovación de su fe; para otros, un evento geopolítico que suma un nuevo actor a la mesa de este mundo surrealista.

@Raul_Saucedo

rsaucedo.07@uach.mx

Continuar Leyendo
Publicidad
Publicidad
Publicidad

Más visto