El esperado regreso de Lamar Jackson marcó una noche redonda para los Baltimore Ravens, que vencieron con autoridad 28-6 a los Miami Dolphins en el Hard Rock Stadium. Con esta victoria, el equipo recuperó su ritmo ofensivo y exhibió una versión sólida y equilibrada, mientras que los locales repitieron los errores que han marcado su temporada: ineficacia en la zona roja, penalizaciones costosas y falta de contundencia en los momentos decisivos.
Miami abrió el marcador con un gol de campo de 49 yardas de Riley Patterson, luego de una buena serie ofensiva guiada por Tua Tagovailoa y Jaylen Waddle. No obstante, esa chispa inicial se desvaneció rápidamente. Los Dolphins se estancaron una y otra vez al acercarse a la zona de anotación, dejando escapar oportunidades valiosas con errores en la ejecución y castigos innecesarios.
Los Ravens, en cambio, encontraron en Jackson la pieza que les hacía falta. El quarterback lanzó cuatro pases de touchdown y conectó de manera precisa con sus receptores Mark Andrews, Rashod Bateman y Charlie Kolar. Su actuación, combinada con una ofensiva más dinámica, permitió a Baltimore dominar la posesión del balón y desgastar por completo a la defensa rival.
La defensiva de los Ravens también brilló. El novato Malaki Starks consiguió su primera intercepción en la NFL al anticipar un pase profundo de Tagovailoa, mientras que el safety Alohi Gilman forzó un balón suelto que derivó en otro touchdown para Baltimore. Estas jugadas clave reforzaron la sensación de que el equipo recuperó su profundidad y disciplina.
Del otro lado, los Dolphins vivieron otra noche frustrante. Un fumble de Malik Washington y varias penalizaciones anularon avances prometedores. Las imprecisiones entre Tua y Waddle reflejaron la falta de sincronía que ha perseguido a Miami durante toda la campaña.
Jackson, además de su desempeño aéreo, se lució con escapadas decisivas, incluyendo una carrera de 13 yardas en tercer down que mantuvo viva una serie que culminó en anotación. Su liderazgo dentro del campo fue evidente, devolviendo confianza a un equipo que había perdido ritmo sin él.
Con este triunfo, los Ravens consolidan su regreso como contendientes serios en la AFC, mientras que los Dolphins siguen sin resolver los problemas que los han frenado en semanas recientes. La diferencia fue clara: Baltimore aprovechó cada error; Miami, en cambio, repitió sus mismos fantasmas.