La temporada de la NBA encontró este domingo a su único sobreviviente invicto: el Oklahoma City Thunder, actual campeón de la liga, que continúa su paso arrollador tras vencer 137-106 a los New Orleans Pelicans. Con esta victoria, los Thunder alcanzaron marca de 7-0, mientras que Bulls y Spurs perdieron por primera vez en la campaña.
En Madison Square Garden, los Chicago Bulls cayeron 128-116 frente a los New York Knicks, pese al brillante desempeño de Josh Giddey, quien firmó un triple-doble de 23 puntos, 12 rebotes y 12 asistencias. Seis de sus compañeros también lograron doble dígito en anotaciones, pero no fue suficiente para mantener la racha. Aun así, el arranque de Chicago iguala el segundo mejor inicio en la historia de la franquicia, algo que no ocurría desde la era dorada de Michael Jordan y Scottie Pippen en la temporada 1996-97, cuando el equipo abrió con 12 triunfos consecutivos.
Por su parte, los San Antonio Spurs fueron superados 130-118 por los Phoenix Suns en el desierto de Arizona. Victor Wembanyama tuvo una noche complicada: apenas nueve puntos con un 4 de 14 en tiros de campo, además de nueve rebotes y cuatro bloqueos. Su rendimiento se vio afectado por las faltas personales, ya que acumuló cuatro a inicios del tercer cuarto, lo que lo mantuvo fuera de ritmo durante gran parte del encuentro. Aun con la derrota, San Antonio había firmado el mejor comienzo de temporada en su historia con cinco triunfos al hilo.
Mientras tanto, en Oklahoma City, Shai Gilgeous-Alexander volvió a liderar a los Thunder con 30 puntos y siete asistencias. El equipo ha mantenido su consistencia pese a las ausencias de piezas clave como Jalen Williams —aún en recuperación tras una cirugía de muñeca— y Chet Holmgren, quien ha estado limitado por una molestia en la espalda.
El Thunder no solo presume el mejor registro de la liga, sino también la defensa más eficiente, repitiendo el ritmo dominante que los llevó al título la campaña pasada. “Somos un mejor equipo que el año pasado”, aseguró Gilgeous-Alexander tras el encuentro. “Hemos tenido tiempo para crecer, conocernos mejor y mantenernos competitivos incluso con lesiones. Hay confianza en todos los jugadores, del primero al quinceavo”.
Con una defensa impenetrable, un ataque fluido y una química que sigue fortalecida, Oklahoma City ha dejado claro que no piensa ceder su corona fácilmente.