La clasificación del Gran Premio de Las Vegas dejó una de las sesiones más complicadas de la temporada debido a la lluvia, el frío y las características urbanas del circuito. La combinación provocó una pista con agarre mínimo, situación que sorprendió a toda la parrilla y generó una ola de quejas entre los pilotos.
Las rectas extensas, las curvas cerradas y el constante uso del trazado como vía pública dificultaron que los neumáticos alcanzaran la temperatura adecuada. Además, la presencia de contaminantes en el asfalto dejó una superficie inestable que cambiaba su comportamiento en pocos metros. La condición fue descrita por varios pilotos como una pista grasosa e impredecible.
Las reacciones no tardaron en llegar. Algunos pilotos experimentados calificaron la sesión como una de las más estresantes de su carrera, mientras que otros encontraron cierto margen para disfrutar el reto. Entre ellos, Pierre Gasly afirmó que la falta de adherencia lo obligó a manejar con extrema tensión y a tomar decisiones instantáneas para evitar errores. Señaló que el nivel de agarre era tan bajo que aún sentía los efectos de la adrenalina tras bajar del monoplaza.
Max Verstappen, habituado a condiciones húmedas, reconoció que la pista en Las Vegas representó un desafío distinto. Explicó que incluso en seco el trazado suele ser complicado y que, con lluvia, la sensación fue similar a manejar sobre hielo, sin posibilidad de disfrutar la vuelta rápida.
Nico Hülkenberg recordó que la sesión fue tan impredecible que le sorprendió ver a Carlos Sainz intentar una vuelta con neumáticos intermedios en un momento donde apenas era posible mantener el auto estable. El alemán aseguró que la única opción viable eran los neumáticos de lluvia extrema.
Ollie Bearman, uno de los pilotos más jóvenes, describió las condiciones como las más difíciles de su trayectoria en cualquier categoría. Franco Colapinto coincidió al señalar que cada curva representaba un riesgo real de perder el control del auto desde los primeros minutos.
George Russell comparó lo vivido con el Gran Premio de Turquía 2020, donde el reasfaltado generó una falta de adherencia casi total. Consideró que Las Vegas estuvo cerca de ese nivel, aunque no lo igualó.
Isack Hadjar vivió una experiencia distinta y aseguró que, pese a la incertidumbre, disfrutó la sesión, especialmente con los neumáticos de lluvia extrema, aunque lamentó no poder completar una vuelta limpia por una bandera amarilla.
Lando Norris, autor de la pole, calificó la jornada como una de gran presión. Indicó que cada curva implicaba un riesgo alto y que completar su vuelta rápida resultó especialmente satisfactorio por lo complicado del día.
La clasificación dejó en claro que las condiciones del circuito fueron determinantes y que la adaptación de los pilotos marcó la diferencia en un escenario cambiante y exigente.