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Opinión

Desde San Lázaro por Jaime Fong Ríos

Esta es una nueva etapa que comienzo en el ámbito profesional, la cual espero pueda cumplir su objetivo principal; informar a la comunidad digital sobre lo relevante que es el Congreso dela Unión para todos los mexicanos y en particular explicar de forma sencilla y clara el trabajo que desempeñan los Diputados Federales enla Cámara.

El congreso de la unión como ustedes saben, está integrado por 500 diputados y 128 senadores. Trabaja durante el año en dos periodos ordinarios, el primero comprende los meses de septiembre a diciembre, el segundo, entre los meses de febrero hasta el 31 de abril.

Este año fue especial por tratarse del cambio del titular del ejecutivo federal, el periodo de sesiones termino en la cámara de diputados el pasado viernes 21 de diciembre.

En este último periodo ordinario, los diputados trabajaron, en temas relevantes como las iniciativas preferentes del ex presidente Calderón entre las que destacan la reforma laboral, la ley de ingresos y el Presupuesto de Egresos 2013, estas dos últimas iniciativas que presento el presidente de México, Enrique Peña Nieto.

En lo que va del año se han presentado reformas que implican cambios trascendentales, en el camino que seguirá México y sobre todo en la recuperación de la rectoría del Estado en materias importantísimas para el desarrollo y bienestar del país. Ejemplo de ello es la reforma constitucional en materia de Educación que acaban de aprobar ambas cámaras o la iniciativa que reduce el número de diputados y senadores en 100 y 32 curules respectivamente, correspondiente a los diputados y senadores “plurinominales”.

Estas reformas indudablemente disminuirán los costos de la democracia mexicana, promoverán la eficiencia y la eficacia del Estado y sobre todo simplificaran los mecanismos de decisión dentro dela Cámarade Diputados.

Ya veremos cómo se desarrolla el proceso dentro de San Lázaro.

Al tiempo, tiempo.

Nos leemos la próxima semana.

Twitter: @jafong

Jaime Agustín Fong Ríos, es originario de Ciudad Cuauhtemoc, Chihuahua.
Licenciado en Derecho por la Universidad Autónoma de Chihuahua.
Se ha desempeñado como asesor de comisión legislativa en el Congreso de Chihuahua y actualmente labora en la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión.

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Opinión

Resurrección. Por Raúl Saucedo

TODOS VUELVEN

En el escenario de la política, presenciamos con frecuencia el auge y la caída de figuras que, en un momento dado, parecían destinadas al olvido histórico. Sus carreras, marcadas por escándalos, derrotas electorales o errores estratégicos en campañas y ejercicios de gobierno, se asemejan a un Viernes Santo Político, donde la oscuridad y el silencio parecen definitivos.

Sin embargo, al igual que la promesa de la Pascua sigue a la reflexión cuaresmal, en la arena política también observamos fenómenos de «resurrección», donde figuras aparentemente sepultadas logran un sorprendente retorno a la prominencia.

Esta capacidad de renacer, de levantarse de las cenizas de una carrera casi consumida, evoca inevitablemente la profunda significación de la Cuaresma. Este período de días, que culmina en la celebración de la Resurrección, es un tiempo de introspección, penitencia y renovación espiritual. Los fieles son llamados a reconocer sus errores, a despojarse de lo superfluo y a prepararse para un nuevo comienzo. De manera análoga, los políticos que experimentan un período de declive a menudo se ven forzados a una suerte de «Cuaresma Política».

Durante este tiempo en la sombra, algunos líderes reflexionan sobre sus errores pasados, buscando comprender las razones de su caída. Pueden dedicarse a reconstruir puentes rotos, a renovar su discurso y a reconectar con una ciudadanía que alguna vez les dio la espalda. Al igual que el ayuno cuaresmal busca purificar el cuerpo y el espíritu, este período de ausencia puede permitirles desprenderse de la arrogancia o los vicios que contribuyeron a su declive.

La «oración» entendiéndose como el diálogo íntimo con lo trascendental, puede traducirse en la esfera política como una escucha más atenta a las demandas del electorado. Aquellos que resurgen suelen haber aprendido la importancia de comprender y responder a las preocupaciones de la gente, en lugar de imponer una agenda propia.

Sin embargo, es crucial distinguir la genuina renovación de la mera manipulación. No toda reaparición política es una verdadera resurrección. Algunos intentos de retorno se basan en la amnesia colectiva, en la explotación de las divisiones sociales o en una simple estrategia de marketing. Estas «resurrecciones» carecen de la profundidad y la autenticidad del espíritu, que exige un verdadero arrepentimiento y un compromiso tangible con el cambio.

Así como la Resurrección religiosa es un testimonio de la esperanza y la redención, los casos genuinos de renacimiento político pueden ofrecer lecciones valiosas sobre la capacidad de adaptación, el aprendizaje de los errores y la posibilidad de un nuevo comienzo. No obstante, la ciudadanía tiene la responsabilidad de distinguir entre aquellos que verdaderamente han renacido tras su «cuaresma política» y aquellos que simplemente intentan reciclar viejas estrategias bajo un nuevo disfraz. La verdadera resurrección, tanto en la fe como en la política, se manifiesta en frutos tangibles de transformación y un compromiso renovado con el bien común.La reflexión de esta semana viene a colación de los paisajes carreteros y pueblerinos donde usted y yo visualizaremos nombres en bardas de tantos y tantos políticos que sueñan la resurrección anhelada o quizá simplemente quedaron sepultados en piedra…Tiempo al Tiempo.

@RaulSaucedo

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