Conecta con nosotros

Increible

Comienza la cuenta regresiva en el calendario maya

Si crees que el término del calendario maya es una premonición del ‘fin del mundo’, te quedan 275 días o nueve meses antes del Apocalipsis.

El calendario maya está compuesto por ciclos o baktunes de 400 años y el 21 de diciembre precisamente finaliza el registro de 5,200 años hecho por esta cultura.

Pero en realidad, esta fecha (que puede adelantarse o atrasarse algunos días) marca el solsticio de invierno, algo similar a la reciente entrada de la primavera y su equinoccio.

Uno de los eventos más esperados durante diciembre del 2012 es la alineación de la Tierra y el Sol con el centro de la Vía Láctea, un suceso interpretado por algunos como una señal del fin del mundo. No obstante, la NASA señaló que podría o no pasar y que «cada diciembre la Tierra y el Sol se alinean con el centro aproximado de la Vía Láctea, pero es un evento anual sin consecuencias».

Además, el solsticio de invierno no está relacionado con la alineación de los planetas. «El solsticio no se relaciona con ningún movimiento de las estrellas u otra cosa en el Universo más allá de la Tierra. Simplemente es el día donde el Polo Norte de la Tierra se encuentra más lejano al Sol», explicó la NASA.

De acuerdo con investigadores del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), el fin de un ciclo en el calendario maya significaba para esta cultura el inicio de la regeneración del cosmos y no el Apocalipsis.

Al igual que durante el equinoccio de la primavera, muchas personas se reunirán en los vestigios de las pirámides mayas localizadas en México y otros países de Centroamérica, como Guatemala y Honduras, para celebrar el inicio de una nueva estación.

Clic para comentar

You must be logged in to post a comment Login

Leave a Reply

Increible

Desaparece en Disneyland y aparece días después en un bote de basura en Mexicali: el misterioso caso de Annie Encino

Una adolescente estadounidense de 16 años fue localizada con vida dentro de un contenedor de basura en Mexicali, Baja California, días después de haber desaparecido en el parque Disney California Adventure, en Anaheim. El caso ha despertado preocupación e interrogantes en ambos lados de la frontera, especialmente por el silencio mediático en México y las lagunas que aún rodean su cruce hacia territorio nacional.

Annie Kathleen Encino desapareció el pasado 20 de abril tras una discusión con su familia dentro del parque temático. Fue vista por última vez alejándose sola, lo que activó una Alerta Amber en Estados Unidos. Sin embargo, esa alerta nunca cruzó a territorio mexicano, dejando a la opinión pública del país sin conocimiento de su desaparición… hasta que la historia dio un giro tan insólito como alarmante.

Días después, una llamada anónima al 911 alertó a la policía municipal de Mexicali sobre la presencia de una menor dentro de un bote de basura. Al llegar al sitio, los oficiales encontraron a la joven en condiciones que no han sido detalladas, pero confirmaron su identidad. El consulado de Estados Unidos fue notificado de inmediato y su madre viajó a la ciudad fronteriza para identificarla y llevarla de regreso.

Hasta ahora, las autoridades mexicanas no han informado cómo fue que Annie cruzó la frontera sin documentos, sin acompañantes y sin ser detectada. Tampoco han revelado si fue víctima de trata, secuestro, abuso o si viajó voluntariamente con ayuda de terceros. La Fiscalía de Baja California mantiene abierta una investigación para esclarecer los hechos.

Lo que sí queda claro es que algo falló en los mecanismos de cooperación fronteriza. Ni la alerta internacional funcionó, ni hubo un protocolo binacional que permitiera actuar a tiempo. La aparición de una menor estadounidense en un contenedor de basura, en una ciudad donde los casos de desapariciones no son novedad, pone una vez más bajo la lupa la crisis de seguridad y el flujo irregular entre ambos países.

Mientras se esperan más detalles oficiales, el caso de Annie Encino evidencia que incluso en un entorno supuestamente seguro como Disneyland, la vulnerabilidad de los menores puede terminar en una historia digna de una serie policiaca.

Continuar Leyendo
Publicidad
Publicidad
Publicidad

Más visto