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Policiaca

Le dan Tres años de prisión por robo agravado

Por el delito de robo agravado, un Juez de Garantías dictó sentencia condenatoria en contra de Pedro Salas Talavera a quien le fue impuesta una penalidad de tres años y medio de prisión. En el mismo proceso, ya había sido sentenciado Edgar Gerardo Santoyo Arballo, quien también participó en los mismos hechos.

De acuerdo a la causa penal 1262/2012 judicializada por el Ministerio Público de la Unidad de Investigación del Delito de Robo con imputado Desconocido, el robo se cometió a las 02:30 horas del 31 de mayo del 2010 en un puesto de comida ubicado en la calle 31 y avenida 20 de noviembre.

En la narrativa de los hechos, la víctima manifestó que estaba cerrando el puesto cuando dos sujetos lo agredieron con un arma blanca, despojándolo de mil 900 pesos en efectivo y de su teléfono celular, posteriormente los agresores huyeron a bordo de un vehículo color rojo.

Momentos después, elementos de la Policía Municipal ubicaron a los delincuentes y en la huída, se logró la captura de Edgar Gerardo Santoyo Arballo, quien al termino del proceso penal en su contra, lo sentenciaron a 5 años de cárcel, debido a que el Ministerio Público demostró, que él había utilizado el arma para cometer el robo.

En el proceso de investigación, se logró obtener la identidad de Pedro Salas Talavera detenido el 30 de agosto del 2012 por agentes de la Policía Ministerial Investigadora a través de una orden de aprehensión, fue sujeto a un proceso penal que concluyó con la lectura de sentencia condenatoria.

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Chihuahua

Terror en la carretera Chihuahua-Ojinaga: hallan cuerpo desmembrado, calcinado y con armamento de alto poder

La violencia volvió a dejar su firma con sangre en una de las rutas más transitadas del estado. La mañana de este miércoles, autoridades fueron alertadas por la presencia de restos humanos en la carretera Chihuahua-Ojinaga, a la altura de un tramo despoblado. Aunque el reporte inicial hablaba de dos cuerpos, elementos de la Policía Estatal confirmaron que se trataba de un solo cadáver, desmembrado y calcinado.

El hallazgo fue aún más inquietante por los objetos encontrados junto a los restos. En el sitio yacían una cabeza humana, dos brazos cercenados, dos fusiles de asalto, tres cargadores, un chaleco porta placas color negro y dos identificaciones oficiales a nombre de Gerardo V. V., con domicilio en Villa Vicente Guerrero, Durango. Las piezas humanas estaban esparcidas sobre el pavimento y zonas aledañas, en lo que se presume fue una ejecución con mensaje entre grupos criminales.

La escena fue asegurada por agentes estatales, mientras que minutos después arribaron elementos de la Fiscalía General del Estado y personal de la Guardia Nacional, quienes desplegaron un operativo de resguardo del área e iniciaron las primeras diligencias. Hasta el momento, no se ha confirmado oficialmente la identidad de la víctima ni el móvil del crimen.

La brutalidad del caso, sumada a la presencia de armamento militar, refuerza las líneas de investigación relacionadas con el crimen organizado. Las autoridades no descartan que la víctima haya pertenecido a alguna célula delictiva y que su ejecución esté vinculada con ajustes de cuentas o disputas territoriales entre cárteles que operan en la región.

Este hecho se suma a una cadena de actos violentos registrados en el estado durante las últimas semanas, encendiendo nuevamente las alarmas sobre la inseguridad en zonas carreteras y la capacidad de respuesta institucional. Las autoridades han pedido colaboración ciudadana para recabar información que permita dar con los responsables, aunque reconocen que el nivel de violencia exhibido en este caso habla de una estructura criminal con acceso a logística, armamento y recursos.

El cuerpo fue trasladado al Servicio Médico Forense para su análisis e identificación definitiva, mientras la Fiscalía mantiene abiertas varias líneas de investigación. Entretanto, la carretera Chihuahua-Ojinaga, vital para el comercio y la movilidad regional, se convierte en un nuevo escenario del terror con una advertencia implícita para quienes disputan el control de la zona.

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