A seis meses de la firma del Pacto por México, parece que está a punto de cobrarse su primera víctima: El chihuahuense Gustavo Madero, quien acaba de desatar una lucha no sólo por la postura ante el poder ejecutivo, el rumbo del partido y su papel en país. Se están jugando también el control del PAN.
Y es que este domingo, Madero comunicó a Ernesto Cordero, un férreo calderonista, su cese como líder del grupo parlamentario del PAN en el Senado, motivado por las críticas de este último al pacto. Sin embargo, no contaba con que 24 de los 38 senadores ofrecerían su respaldo a Cordero, a quien calificaron como “un auténtico contrapeso a un Gobierno y un partido que claramente lo ameritan”.
El fondo de esto es la profunda división dentro del PAN entre el grupo del presidente, representado por Ernesto Cordero, y el grupo del propio Madero, que ha recibido más cariño de Enrique Peña que del mismo Calderón, cuando fue presidente, pero a esto se le suma el rencor de muchos panistas, quienes ven como las reformas que el PRI boicoteó por años, ahora son la promesa de progreso de la nueva administración.
Al conflicto ya se sumó el expresidente Felipe Calderón, quien desde su exilio en Hardvard, pidió, vía Twitter, que la ropa sucia se lave en casa. Un caso paradójico. También intervino Juan Ignacio Zavala, cuñado de Calderón, quien afirmó en un artículo que: “No es solamente una lucha por el poder, es una lucha por el rumbo del partido, por la forma en que debe comportarse ante el Gobierno y por recuperar un poco de la dignidad partidista que Madero ha pisoteado con sus elogios desmedidos, y hasta cursis, que le lanza cada vez que puede al presidente Peña Nieto”. Y concluía: “Porque el partido es mucho más que una dirigencia pusilánime y que un cúmulo de rencores mal procesados”.
La batalla por el control del PAN acaba de comenzar y quizá también ponga en juego la suerte del Pacto por México en vísperas de las elecciones regionales y municipales previstas en 14 estados —entre ellos Chihuahua— para el próximo 7 de julio.
Otro partido que se fracturó por los coqueteos con el PRI, era el trozo de PRD que quedaba. Tras la candidatura común de Javier Garfio y Héctor Barraza, quienes van por el PRD y PRI, juntos, pero no revueltos, muchos de los liderazgos perredistas en Chihuahua como Víctor Orozco, Gustavo De la Rosa, Jaime García Chávez, Alma y Gabino Gómez y Luz Estela Castro, renunciaron a su militancia, como era de esperarse.
Así, de los pocos dirigentes que quedaron luego de la migración hacia Morena, ahora no queda prácticamente nada de PRD que respalde a Barraza, quien tiene su único apoyo en el PRI, que operó con precisión para desmantelar a este partido.
Así, muchos se preguntan ¿qué gana el PRI en esta alianza con un Barraza, sin respaldo ni credibilidad alguna, que si no ha aportado nada a su propio partido, menos lo hará al PRI? El desmantelamiento de cualquier oposición y el golpe moral, parece ser la única ganancia de los tricolores.
A quien también traen como perico a toallazos es a Miguel Riggs, pero no tanto los de su propio partido, sino la competencia, pues se han dedicado a anularle sus apoyos fuertes, conscientes de que, aunque el PRI lleve una clarísima ventaja, no se puede quedar dormido en sus laureles.
Primero lo privaron del apoyo de los dueños de la comarca, entre los que se cuenta su propio tío, Eugenio Baeza, quien va en fórmula con Javier Garfio, y así lo despojan de un importante apoyo político y financiero.
Pero no conformes, convocaron ahora a Eduardo Nájera, ídolo deportivo Chihuahuense, a quien tenían casi olvidado, pero no por un súbito reconocimiento a sus méritos deportivos, sino por que supieron de su amistad con Riggs y no quieren verlos juntos ni en las fotos. Buena maniobra.
En el caso de Javier Garfio, los astros se acomodan cada vez más a su favor. Ahora se supo que un grupo de empresarios que históricamente han apoyado al PAN, se pasaron a su rebaño y le ofrecieron una cena. Entre los anfitriones están Víctor Cruz, quien puso la casa y fortaleció el vínculo con familias como los Almeida y Terrazas, entre otros.
A Garfio sólo le queda seguir así, esperar que el contrario se ahogue en sus propios errores y aplicar la casi infalible maquinaria priísta para salir bien librado sin mayores problemas. Un error en casa es el único riesgo.
Y hablando de errores en casa, la Auditoría Superior del Estado trae cortitos a varios municipios, muchos de ellos gobernados por el PRI, por incumplir con la rendición de cuentas a la que están obligados y pretender irse por la libre.
Entre los municipios sancionados están Ciudad Juárez, Ascensión, Bachíniva, Batopilas, Belisario Domínguez, Guerrero, Janos, Jiménez, Juárez, Cusihuiriachi, Madera, Maguarichi, Moris, Rosales, San Francisco del Oro, Santa Isabel y Temósachic y otros que debieron presentar las cuentas sobre el destino de sus recursos durante 2012.
Donde sí se sacaron un 10 fueron en el Colegio de Periodistas, donde fue electa Lourdes Díaz como presidenta, luego de la gestión de Ernesto Topete, que ciertamente, pasó de noche, tanto que no hubo ni siquiera un intento de informe de actividades.
Díaz es una periodista profesional y comprometida, de la que hay muy altas expectativas luego de una serie de presidencias que han ido decayendo, desde aquellas buenas gestiones de Juvencio y «El Chivo». Hoy los esfuerzos del gremio podrían reencontrar el rumbo, esperemos que así sea, y enhorabuena.
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