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Fue sentenciado por traer placas sobrepuestas en el vehículo

Dos años de prisión con beneficio a la libertad condicional, fue la sentencia pronunciada por un Juez de Garantía del Distrito Judicial Morelos en contra a Santos Domingo Corona Pérez, quien fue procesado penalmente por el delito de Falsificación y uso indebido de documentos en perjuicio de la Fe Pública.

Dos años de prisión con beneficio a la libertad condicional, fue la sentencia pronunciada por un Juez de Garantía del Distrito Judicial Morelos en contra a Santos Domingo Corona Pérez, quien fue procesado penalmente por el delito de Falsificación y uso indebido de documentos en perjuicio de la Fe Pública.

El 12 de agosto del 2011, fue detenido por parte de elementos de la Dirección de Tránsito y Vialidad, por portar placas sobre puestas en el vehículo que tripulaba de la marca Chevrolet Cavalier, color guinda, modelo 1993.

Se asentó que el día señalado, el sentenciado tuvo un percance vial en las calles Columbus y Unidad de la colonia Villa Nueva, percatándose los agentes que el vehículo que conducía, traía la placa en la parte frontal y en la parte trasera una placa de Estados Unidos.

El 05 de marzo del 2013 se le formuló imputación por falsificación y uso indebido de documentos en perjuicio de la Fe Pública, previsto en el Artículo 329 del Código Penal, delito por el que fue vinculado a un proceso penal que concluyó con la sentencia condenatoria.placas sobrepuestas

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Asesinato de Jasiel Giovanny: crecen las sospechas de un segundo implicado

El trágico caso del pequeño Jasiel Giovanny, cuyo cuerpo fue hallado en un baldío cercano al fraccionamiento San Agustín, sigue generando indignación y dudas. Aunque el padrastro del menor, Abraham Alejandro F.D., ya fue imputado y recluido por el crimen, nuevas versiones han fortalecido la hipótesis de que no actuó solo.

Un elemento clave ha avivado la sospecha de que una segunda persona participó en el asesinato o, al menos, en el ocultamiento del cuerpo: durante la búsqueda inicial del niño desaparecido, voluntarios y policías recorrieron el mismo terreno donde luego fue encontrado sin que detectaran señal alguna. Esto ha llevado a pensar que el cadáver fue colocado allí después, posiblemente por un cómplice.

Mientras la atención mediática ha girado en torno al debate sobre el lugar de reclusión de Abraham Alejandro —quien fue enviado al Cereso Femenil debido a su identidad de género—, la investigación parece haber dejado cabos sueltos que podrían ser cruciales. La Unidad de Personas Ausentes fue fuertemente señalada por presuntas omisiones, aunque otros grupos dentro de la Fiscalía lograron recuperar el caso a tiempo.

En las audiencias judiciales ya se han expuesto antecedentes de maltrato por parte del padrastro, lo que refuerza su vinculación al crimen. Sin embargo, tanto familiares como ciudadanos han señalado públicamente que alguien más debió intervenir, sobre todo por el modo en que se dio con el cuerpo: casi 20 horas después de la denuncia, en un lugar previamente inspeccionado.

A pesar de la gravedad del caso, la Fiscalía ha ofrecido información limitada, justificando la reserva con la protección de los derechos del menor. Pero más allá de la legalidad, la presión social exige resultados claros. El crimen de Jasiel no solo ha conmovido a su entorno inmediato, sino que ha generado un reclamo generalizado de justicia y de transparencia total en el proceso.

Si hay otra persona involucrada, la autoridad deberá actuar sin titubeos. Y si no la hay, la sociedad merece conocer todos los elementos que llevaron a esa conclusión. Por ahora, la herida sigue abierta y la confianza en las instituciones aún está en juego.

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