Rubén Sandoval Baca joven con 30 años de edad, empleado administrativo de una fábrica de persianas en la ciudad de Chihuahua, dedicado al trabajo, familia y el deporte en sus ratos libres, con hábitos saludables y sin depender de costumbres como la bebida y el tabaco, nunca imaginó que una serie de molestias que inició a tratarse con los médicos del IMSS, le harían darse cuenta que su malestar respondía a una insuficiencia renal que mantenía su sangre ya muy contaminada.
El diagnostico, fue una insuficiencia renal terminal, las palabras del médico fueron – “…ó sales de aquí con catéter, o afuera te va a dar un paro cardiaco”. Ahí, iniciaron sus tratamientos de diálisis.
Durante el mes de mayo del 2012, los médicos trataban a Rubén por la presencia de un abseso ano-rectal, para lo cual lo programaron para un procedimiento quirúrgico sencillo a través de cirugía ambulatoria, tras los exámenes de laboratorio preoperatorios, los galenos detectaron una serie de anomalías más graves que indicaban la presencia excesiva de toxinas en la sangre, lo cual era el origen de sus lesiones.
Era inminente que Rubén iniciara con los procedimientos para descontaminar su sangre, de lo contrario la descompensación sería tal que sufriría un paro cardiaco; tras realizarle los procedimientos ya prescritos a causa del absceso e infección, se iniciaron sus tratamientos de diálisis.
Para la fortuna de éste joven, en el Hospital General Regional No.1 mejor conocido como Hospital Morelos del IMSS en Chihuahua, se gestionaba ya el resurgimiento del Servicio de Trasplantes que mantenía un monitoreo constante sobre casos viables que hicieran favorable un trasplante de riñón.
El paciente fue notificado y recibió la noticia con alegría, pues esto, representaba la oportunidad de volver a la vida normal junto a su esposa, hijos e integrarse de nuevo a la vida productiva lejos del desahuciado panorama que ya tenía previsto.
A pesar de esto, la terea no era sencilla, un nuevo y saludable riñón no se consigue en una tienda de autoservicio ni cualquiera está dispuesto a proporcionarlo. Fue aquí donde la Coordinación de Trasplantes del Seguro Social a cargo del doctor Héctor Payan, inició con la asesoría y gestiones necesarias a fin de incrementar las posibilidades de realizar un trasplante de donador vivo o cadavérico.
Según comentó el paciente y el mismo cuerpo médico, desde el mes de agosto del 2012, se agilizaron los procedimientos para dar pie a la cirugía, pues existía un probable donador y debían realizársele los estudios correspondientes junto con el paciente estimando realizar el trasplante para el mes de enero ó febrero del 2013.
Desgraciadamente el donador tuvo dificultades en realizar la labor, y el procedimiento se retrasó, más tarde su hermana ofreció su órgano pero no presento compatibilidad, finalmente, fue la misma esposa de Rubén, Alma Lucila García Porras quién ofreció uno de sus riñones a su marido, los estudios realizados arrojaron resultados favorables y confirmaron que existía compatibilidad.
Por su parte, el cuerpo médico inicio en el mes de enero los procedimientos internos para programar la operación mientras que a Rubén se le realizaban nuevos estudios para conoce su condición de salud y saber si su cuerpo era capaz de soportar el trasplante.
Finalmente el trasplante se programo para el 21 de mayo del 2013, fecha en que ambos fueron intervenidos y el riñón de Alma trasplantado al cuerpo de Rubén en donde realizaría la función vital de limpiar su sangre para devolverle normalidad a su vida.
Días posteriores a la intervención, Rubén mostró un rostro saludable, atento, entretenido mientras permanecía sentado en la camilla de la sala 4 del hospital Morelos con una pequeña laptop al frente navegando en la web, compartiendo palabras en alguna red social ó simplemente entreteniéndose en algún juego para matar el tiempo de la recuperación. Frente a la cama, su esposa igualmente mataba el tiempo leyendo una revista, también recuperándose de la operación pero pendiente de lo que su marido pudiese necesitar.
Ambos con bata y tapaboca en una habitación privada y esterilizada a fin de prevenir la acción de cualquier agente patógeno que altere el proceso de recuperación y adaptación de Rubén a su nuevo riñón.
Rubén dice que se siente muy bien, -“cada día es un milagro”- señala con voz entrecortada por el sentimiento. Asegura que antes de esto él no padecía de ninguna enfermedad crónica ni antecedentes familiares de alguna. No fuma, no toma ni tenía estilos de vida malos, al contrario, practicar voleibol era parte de su vida.
Al reflexionar sobre el porqué le sucedió esto a él, menciona que, – “el problema no es la enfermedad, si no como reaccionas ante ella, como superarla y salir adelante”. Yo tengo dos hijos, y debo salir adelante por ellos.- Agregó.
Con sentimiento, agradeció y reconoció el profesionalismo y la atención del cuerpo médico y de enfermería que hicieron posible brindarle la oportunidad de volver a una vida normal. Al preguntarle cuáles eran sus planes de aquí en adelante, de manera inmediata y con exalto respondió -“cuidarme, mi riñón es prestado y hay que extenderle la vida lo más posible” -.
Continuando con su experiencia, comenta que si tal vez el podría haber costeado su enfermedad pero resaltó que habría quedado en la ruina – batallaría muchísimo, “bendito Dios que tenemos al IMSS”-, mencionó con expresión reflexiva.
Asegura que desde siempre ha utilizado el IMSS, desde lesiones en las muñecas y tabique a causa del mismo deporte hasta una apendicitis y siempre recibió buen trato.
Al darle la opción de brindarle un mensaje a la gente, Rubén comenta que, – como seres humanos, a veces no valoramos la salud hasta que caemos y nos damos cuenta que hay cosas que nos afectan mucho, – le gustaría que las personas hicieran conciencia sobre lo importante que es cuidarse, alimentarse, hacer ejercicio, acudir al IMSS ante cualquier padecimiento ya que ahí están muy preparados y sobre todo, seguir el tratamiento porque solo así se puede salir adelante.
-“Simplemente, le doy muchas gracias al Instituto por que ahora sí que hicieron un milagro”-, puntualizó.
Redacciòn: Corina Muruato
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