Los candidatos se acercan a la recta final y ya empiezan a ver qué tanta distancia hay entre ellos, pero con los peores métodos posibles: Las dichosas encuestas.
El primer dato relevante salió de la reunión de la Comisión Política Permanente del PRI, realizada en Tijuana, donde se congregaron los más “pesados” del priísmo nacional, con excepción del presidente Enrique Peña Nieto, quien se encuentra de gira por Europa. César Camacho Quiroz, líder nacional del PRI, encabezó el evento.
Allí estuvo también el gobernador César Duarte con casi todos los gobernadores priístas del país, líderes de bancadas y otros altos mandos, para definir cómo asegurar el triunfo en los 14 estados con elecciones.
Ahí César Duarte compartió cifras muy positivas para el PRI, pues asegura tener elementos para pensar que su partido vencerá en los 22 distritos uninominales y, aparte, conseguirá buena parte de las diputaciones uninominales para sus minipartidos patiños, asegurándose así el control total de Chihuahua.
Ni en el PRI le creían. Ganar carro completo es un lujo que incluso el PRI rara vez se puede dar, sin embargo el mandatario parece estar confiado del impulso proporcionado desde el propio Gobierno del Estado, las alcaldías, el Congreso y las delegaciones federales. Tienen todos los astros a su favor.
A esto se le pueden sumar los medios de comunicación, muchos de los cuales llevan una relación un poco tensa pero a fin de cuentas amistosa con el ejecutivo. Los empresarios de Chihuahua también están en su mayoría con el PRI pues siempre apuestan a ganar.
Otro aspecto que tienen los priístas a su favor es el canibalismo y la desorganización del PAN. Cierto es que muchos candidatos buscan que el PRI pierda, cuando un partido gobierna es normal que se desgaste, sin embargo los minipartidos no postularon candidatos sino ocurrencias y Miguel Riggs está encontrando más enemigos en sus filas que entre los de enfrente.
La pugna entre Carlos Borruel, Cruz Pérez y Javier Corral está desmembrando lo que queda del partido, que de por sí ya estaba en una fase agónica. Si usted no quiere votar por el PRI, por puritito resentimiento ¿por quién votaría? ¿Por un PRD aliado? ¿Por un Convergencia camaleónico? ¿Por un PT rancio? ¿Por un PAN despedazado? Mejor vote por un gato, un burro o cualquiera de las bestias políticas tan de moda, da igual.
La estrategia desplegada desde Palacio y el edificio de la Pacheco es tremenda. La oposición ya no se opone y la que queda se come entre ella. Además, sacaron a trabajar por tierra y con todo el apoyo a muchos buenos candidatos, negándoles la beca plurinominal.
Por si fuera poco, las encuestadoras dan márgenes amplísimos de victoria para el PRI, de 12 puntos de ventaja en los distritos considerados “azules” y mucho más amplio en el resto.
Sin embargo aquí surge la pregunta: ¿Las encuestas cuándo han desfavorecido al PRI? Todas son un servicio y el servicio debe ser a modo de darle gusto al cliente y al cliente nunca deben decirle que va a perder, al contrario.
Así lo hicieron ya con personajes que van desde Alejandro Cano y Martha Laguette, que perdieron mientras dormían en la luna de miel de las encuestas y despertaron con una humillante derrota bajo la almohada.
Incluso el ahora presidente Enrique Peña aparecía como ganador con una ventaja titánica que comprometió la credibilidad de la mayoría de los grandes medios nacionales y casas encuestadoras, incluso la otrora reconocida Consulta Mitofsky que “se equivocó”.
Lo cierto es que si usted pregunta en cualquier casa, sobre todo a las de clase media baja o baja, sin duda le dirán que votarán por el PRI. La razón es que quienes reciben alguna clase de beneficio de programas gubernamentales o aspira a recibirlo, siempre responde lo mismo por miedo a que se lo nieguen, independientemente de que piense votar por el PAN o ni contemple votar.
Pero a fin de cuentas, ambos candidatos (Miguel Riggs y Javier Garfio) saben que lo que realmente contará es la movilización el día de las elecciones, llámese acarreo. La ciudadanía ha perdido la pasión por votar, pocos se sienten representados por sus candidatos y pese a la difusión la gran mayoría de los electores aún no tienen idea de quiénes son o qué proponen. Ni les interesa saber.
Y volviendo al tema de las alianzas, el que quiere tumbarlas es Mario Vázquez, presidente estatal del PAN, quien anda en Guadalajara metiéndole toda la leña posible a la hoguera para echar por tierra las sanguijuélicas uniones del PRI con franquicias políticas de bolsillo. Si no resulta, el PAN quizá no logre ser ni la segunda fuerza en el Congreso y ni soñar con que pueda oponerse a algo.
En el PRI la preocupación no es que sus candidatos pierdan sino que se los maten antes de ganar. Por eso están redoblando los “cuídate mijito” a varios candidatos en todo el estado y por lo pronto Leonel de la Rosa tuvo que echarse una vuelta a Guadalupe y Calvo para encontrar a un valiente que se atreva a lanzarse de candidato. Dios lo bendiga.
La buena noticia de la semana fue que el ViveBús despertó buenas críticas en la ciudadanía, lo que esperan subsane los eternos retrasos que vivió dicho sistema pues ahora que presta servicio gratuito para llevar a la gente a las ferias, mucha raza anda más que contenta.
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