LeBron James volvió a agrandarse más que nunca y con un doble-doble de 37 puntos y 12 rebotes lideró al Heat de Miami al triunfo de 95-88 ante los Spurs de San Antonio en el séptimo partido de las Finales de la NBA que ganaron por 4-3.
El Heat, con un James sensacional en cada momento del partido y en todas las facetas del juego, revalidaron su título de campeones ante un rival, como los Spurs, que hizo también méritos para haber conseguido su quinto título de liga, que los estableciesen como la cuarta dinastía, pero enfrente tuvieron la mejor versión de King James, sin discusión el mejor jugador de la NBA en este momento.
James volvió a ser la gran estrella al conseguir un doble-doble de 37 puntos, 12 rebotes, repartió 4 asistencias y recuperó 2 balones en los 45 minutos que jugó.
Pero lo más importante fue que surgió como el líder del equipo en los momentos decisivos, como cuando faltaban 28 segundos para el final y anotó la canasta que aseguró la victoria al darle una ventaja de cuatro puntos, que dejó hundidos a los Spurs.
Manu Ginóbili, que había jugado un gran partido, perdió un balón de oro en la siguiente posesión y el robo fue para James que también forzó la personal y con otros dos puntos más hizo que comenzase la gran fiesta en el American Airlines Arena porque el triunfo estaba asegurado.
La victoria permitió al Heat conseguir el tercer título de liga, segundo consecutivo, en las cuatro finales que han disputado en su historia, las terceras seguidas desde que en la temporada del 2011 llegaron James y Chris Bosh para unirse a Dwyane Wade y formar los ya históricos Big Three.
El Heat, que estuvo a cinco segundos de perder el título en el sexto partido antes que anotase un triple salvador el escolta Ray Allen, remontaron una desventaja de 2-3 que tenían en la serie al mejor de siete y fueron el último equipo desde la temporada del 2010 que ganaron los dos últimos encuentros de las Finales, en aquella ocasión, los Lakers lo consiguieron ante los Celtics de Boston para conseguir su decimosexto título de liga.
Junto James, que ganó su segundo título de MVP, Dwyane Wade quiso también reivindicar su condición de indispensable dentro del Heat y aportó otro doble-doble monumental de 23 puntos, 10 rebotes y 2 tapones.
Mientras que Shane Battier jugó el partido de su vida al convertirse en el factor sorpresa y sexto hombre tras aportar 18 puntos, todos conseguidos con 6 triples que anotó en 8 intentos, en sólo 29 minutos que estuvo en el campo, además de capturar 4 rebotes.
Sin que Bosh tuviese protagonismo en el ataque y dentro de la pintura, los Spurs dominaron con 48 puntos en el juego interior por 24 de los Heat, la inspiración de Battier y James que también consiguió 5 de 10 triples, fue clave en la victoria de los Heat.
El veterano Tim Duncan con un doble-doble de 24 tantos, 12 rebotes y 4 asistencias fue el líder del ataque de los Spurs, que perdieron el primer título de los cinco que han disputado desde la temporada de 1999.
Pero Duncan también protagonizó la jugada más decisiva del partido para los Spurs cuando a falta de 48 segundos y parcial de 90-88 falló su tradicional tiro a canasta de penetración por la línea y luego el palmeo que hizo tampoco entró, lo que dio la oportunidad al Heat a sentenciar con los puntos de James.
Kawhi Leonard, la gran estrella del futuro de los Spurs, aportó un doble-doble de 19 puntos, 16 rebotes y puso 1 tapón, que mereció mejor suerte, al igual que la gran labor de Ginóbili, que jugó una primera parte con un control perfecto de balón y estaba brillante hasta los dos últimos minutos del partido que perdió tres balones muy costosos para los Spurs.
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