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México, el tercer país con más «ninis» de la OCDE

México tiene el tercer porcentaje más alto de jóvenes que ni estudian ni trabajan, conocidos como «ninis», entre los 34 países de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE), sólo debajo de Turquía e Israel.

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México tiene el tercer porcentaje más alto de jóvenes que ni estudian ni trabajan, conocidos como «ninis», entre los 34 países de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE), sólo debajo de Turquía e Israel.

El informe «Panorama de la educación 2013» de la OCDE revela que 24.7 por ciento de los jóvenes de 15 a 29 años en 2011 se ubicó como «ninis», fenómeno que prácticamente ha mantenido ese nivel en una década, lo que para el organismo indica que «existe una falla estructural».

La directora del Gabinete y Sherpa de la OCDE, Gabriela Ramos, opinó que el fenómeno de los «ninis» es una «tragedia individual», pues implica la pérdida de oportunidades, de capacidades y de recursos para que estos individuos tengan un desarrollo pleno.

No obstante, dijo, para el país también significa una pérdida de recursos económicos y humanos muy importante, los cuales son necesarios para construir una dinámica económica mucho más beneficiosa, expuso en videoconferencia desde París, ciudad sede de la OCDE.

«Estos chicos se pierden, porque nadie está invirtiendo en ellos, ni en el trabajo están siendo capacitados, ni en la escuela están siendo atendidos, entonces este es un grupo de muy alto riesgo», afirmó.

El fenómeno de los «ninis» tiene una explicación de género, pues la mayor proporción son mujeres, con 37.8 por ciento de las jóvenes de 15 a 29 años, lo que es tres veces mayor que el porcentaje para los hombres en ese rango de edad, de 11 por ciento.

Estas disparidades se explican, abundó, porque la mayoría de las mujeres jóvenes que se encuentran ni empleadas ni en educación o formación son amas de casa, debido a aspectos culturales, como embarazos y matrimonios a temprana edad.

Sin embargo, alertó, el no trabajar ni estudiar tiene repercusiones desfavorables para las mujeres en sus capacidades para obtener empleo más adelante, en la autosuficiencia y en la igualdad entre ambos sexos.

Por otra parte, en México se ha dado un crecimiento tanto en la cobertura educativa entre los niños de cuatro y 14 años (la cual es prácticamente del ciento por ciento en ese grupo de edad), como en los niveles de estudios alcanzados por los jóvenes entre los 25 y 34 años, quienes tienen niveles de escolaridad más altos que generaciones anteriores.

«Esto nos dice que cuando se toman buenas decisiones hay buenos resultados, el hecho de que la educación obligatoria haya obtenido estos logros en reformas de reciente hechura nos tiene que entusiasmar para seguir empujando hacia la adaptación del sistema», argumentó.

Sin embargo, la proporción de la población que ha obtenido al menos educación media superior en México es de sólo 36 por ciento, uno de los porcentajes más bajos entre los países de la OCDE, donde la media es de 75 por ciento, además la distancia entre la educación obligatoria y los estudios universitarios es todavía muy grande.

Gabriela Ramos señaló que ello, unido al rezago educativo entre la población de más de 15 años, aumenta considerablemente el riesgo de desvinculación, tanto de la educación como del mercado laboral entre los jóvenes, que es de por sí ya grande en México.

El estudio de la OCDE arroja también que los beneficios sociales e individuales de la educación aumentan a mayor nivel educativo, muchas veces de manera considerable.

«La educación paga», sostuvo Ramos, al recomendar invertir en la educación de niños y jóvenes mexicanos, porque es el seguro más importante que tienen los individuos contra el desempleo y para tener una vida productiva más beneficiosa y más retribuyente.

No obstante, el informe también revela que en México el gasto anual por alumno es el más bajo entre los países de la OCDE, la mayor proporción de recursos de la educación se destina al pago de salarios y la relación de alumnos por maestro es la mayor.

El gasto en educación en México es de 6.2 por ciento del PIB, alrededor del promedio de la OCDE, de 6.3 por ciento, pero el gasto por alumno es el más bajo entre los países analizados, de dos mil 993 dólares al año, contra nueve mil dólares en el organismo.

En el gasto por estudiante se conjuntan los retos que tiene México en materia educativa: un gasto público que es bajo por una débil recaudación y que se divide en un universo de 40 millones de alumnos, mucho más amplio que en otros países del organismo.

Además, México destina 83.1 por ciento de su presupuesto para educación a los sueldos de los profesores y 93.3 por ciento a la remuneración del personal en su conjunto, que son los porcentajes más altos entre los 34 países de la OCDE, donde la media es de 62 y 78.2 por ciento, respectivamente.

La relación de alumnos por maestros también es una de los mayores entre los países OCDE, de 28 estudiantes por profesor, mientras que la proporción en el organismo es de 14 alumnos por maestro

La directora del Gabinete de la OCDE refirió que entre 2005 y 2010 el gasto en instituciones educativas en México como porcentaje del PIB se redujo ligeramente por debajo de la media de la OCDE.

Por ello es importante aprobar una reforma fiscal, pues en materia educativa México tiene necesidades de inversión, de capacitación y de gasto público, que no pueden cubrirse con la recaudación tributaria actual, que es de 20 por ciento del PIB si se considera las contribuciones petroleras, y de sólo 10 por ciento si se quitan éstas.

«Se necesitan más recursos porque por el perfil demográfico de México, es ahora cuando tenemos que invertir en los chicos que están en educación superior y media superior», subrayó Ramos.

No obstante, insistió, aunque la tendencia del gasto en educación en México es al alza y hay una identificación de la educación como una de las prioridades, gran parte de los recursos del sector están concentrados en la remuneración del personal.

El consultor de la División de Innovación y medición del progreso de la educación de la OCDE, Rodrigo Castañeda Valle, informó a su vez que en México se ha observado un crecimiento moderado en los niveles educativos en los años recientes.

En particular, dijo, hoy la cobertura educativa es casi total entre los niños de cuatro a 14 años, y los jóvenes de 25 a 34 años tienen hoy más altos niveles de escolaridad que las generaciones anteriores, al llegar nivel medio superior y universitario.

No obstante, dijo, la proporción de la población que ha obtenido al menos educación media superior sigue siendo muy baja, y la distancia entre la educación obligatoria y los estudios universitarios es todavía muy grande en México.

Castañeda Valle recordó que la tasa de empleo en México aumenta según el nivel educativo de las personas: de 62 por ciento entre quienes tienen estudios de secundaria e inferiores; de 71 por ciento con educación media superior y de 79 por ciento con educación universitaria.

Sin embargo la tasa de desempleo también es más alta a mayor grado escolar: de 4.0 por ciento con educación secundaria e inferior; de 4.4 por ciento con educación media superior y de 4.8 por ciento con educación universitaria, advirtió.

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México

Senado aprueba Ley General de Aguas en medio de acalorado debate y críticas de oposición

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El Senado mexicano aprobó este jueves, con 85 votos a favor y 36 en contra, el proyecto de decreto que expide la Ley General de Aguas y reforma diversas disposiciones de la Ley de Aguas Nacionales, en un contexto de creciente presión sobre los recursos hídricos del país por sequías, conflictos por concesiones, crecimiento urbano y alta demanda del sector agrícola.
La minuta fue remitida al Senado por la Cámara de Diputados, que la aprobó tras 24 horas de acaloradas discusiones. La iniciativa deriva de una propuesta de la presidenta Claudia Sheinbaum para regular el derecho humano al acceso, disposición y saneamiento del agua, así como priorizar su consumo humano y doméstico ante autorizaciones, permisos, concesiones y asignaciones del recurso.
El senador Óscar Cantón Zetina, de Morena, aseguró que el centro de este proyecto es la persona y no los grandes acaparadores de agua, pues se crea un trinomio virtuoso entre tierra, agua y gente. Afirmó que la legislación es la mayor aliada de los productores y campesinos de México, ya que elimina la visión mercantilista del agua y la regresa a su dueño legítimo, que es el pueblo de México.
La senadora del PAN, Verónica Rodríguez, señaló que esta reforma convierte el agua en un instrumento de manipulación política y electoral. Apuntó que le da al gobierno federal la posibilidad de decidir de manera discrecional quién mantiene su concesión, quién la pierde, a quién le reducen volúmenes de agua y a quién sí le permiten operar, lo que demuestra que es peligroso para la democracia, el campo, la seguridad alimentaria y las familias.
Carolina Viggiano, del PRI, advirtió que el proyecto no contó con estudios económicos ni presupuestales, no cuenta con análisis de impacto financiero y tampoco se asegura inversión para la infraestructura, operación ni vigilancia de los sistemas de agua. Además, señaló que no se consultó a los pueblos originarios.
Luis Donaldo Colosio, de Movimiento Ciudadano, indicó que los cambios abren la puerta a más control gubernamental sin contrapesos reales, a más trámites y a más incertidumbres para el campo mexicano. Afirmó que se concentran atribuciones en la Comisión Nacional del Agua sin reglas claras, crece el riesgo de arbitrariedad, corrupción, favoritismos y castigo político, además de que se crea incertidumbre en la asignación de derechos y volúmenes, lo que desincentiva la inversión, la tecnificación y frena proyectos.
La nueva Ley General de Aguas establece que las concesiones para el uso del vital líquido no podrán ser intercambiadas entre particulares, con la obligatoriedad de que sea la Conagua la que las distribuya de nuevo.
La discusión y aprobación en las Cámaras de Diputados y Senadores ocurre en un contexto donde el sector agrícola consume cerca del 75 por ciento del agua disponible para consumo en el país.

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