Un grupo de ocho voluntarios del sur de Arizona inició hoy un ayuno de cinco días con el propósito de pedir un alto a las deportaciones y la cooperación entre las autoridades locales y la Patrulla Fronteriza.
Bajo el lema «Ni una deportación más», el grupo integrado por padres y madres de familia, algunos de ellos enfrentando un proceso de deportación, se congregó en la iglesia Presbiteriana del Sur de Tucson.
«Mi motivación para participar es pedir que ya no haya más deportaciones, más familias separadas, que los hijos no se queden sin sus padres y no más militarización de la frontera porque eso va a traer más muertes y más deportaciones», dijo el jornalero Narciso Valenzuela, indicó que los inmigrantes, sin importar su estatus migratorio, sólo vienen a este país a trabajar y dar lo mejor para sus hijos, y espera que este ayuno sirva para enviar este mensaje.
Valenzuela es uno de los voluntarios quien desde el pasado mes de abril experimenta en carne propia el dolor al ser separado de su esposa y de su hijo tras ser arrestado por agentes de la Patrulla Fronteriza cuando regresaba de trabajar.
El jornalero, acompañado de su hijo de nueve años, cree que es importante que su hijo se dé cuenta de la lucha que se lleva a cabo para impulsar una reforma migratoria y un cambio que favorezca a los millones de indocumentados que viven sin papeles.
«La vida dentro de los centros de detención es muy difícil, los cuatro días que duré detenido, nos trataron muy mal, muy poca agua y comida, esto no es justo», aseguró.
Otra de las personas participantes en el ayuno es Flor Burruel, de 20 años de edad, hija padres mexicanos y ciudadana de los EE.UU.
«Estoy participando en nombre de mi familia. Estoy aquí por ellos, porque gracias a ellos yo estoy aquí y tengo todos los privilegios de ser ciudadana», dijo Burruel, la joven indicó que tanto su padre como una de sus tías, se encuentran actualmente detenidos en centros de detenciones de inmigración, «Mi papá no es ningún criminal, es muy doloroso que tú puedas estar aquí pero que tus papás no», manifestó.
Como votante registrada, Burruel aseguró ejercer su derecho al voto, por lo que pide a los políticos ayuden a la comunidad inmigrante y esencialmente al presidente Barack Obama, a quien la comunidad latina apoyó con su voto en las pasadas elecciones presidenciales, «mi familia no puede votar, pero yo lo hago por todos ellos», aseguró la joven estudiante.
Otra de las participantes en el ayuno de cinco días es Guadalupe Guerreo, madre de Carlos LaMadrid, un joven muerto en marzo del 2011 a manos de agentes de la Patrulla Fronteriza en Arizona.
«Yo pido que no haya ni una muerte en la frontera, yo digo no a la militarización de la frontera, no más migras, no más dolor a las madres», manifestó Guerrero hoy durante una conferencia de prensa.
Raúl Alcaraz Ochoa, organizador comunitario del Centro de Trabajadores del Sur de Tucson aclaró que la separación de familias se ha convertido en el «pan de cada día» en la ciudad de Tucson, por lo que el ayuno es una forma de protesta en contra de las leyes migratorias actuales de este país.
«En Arizona estamos viendo que la constitución ya no es válida, los derechos constitucionales, los derechos humanos, los derechos civiles no existen aquí», concluyó. El ayuno finalizara el próximo 20 de julio.
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