El mundial de natación arranca el fin de semana en Barcelona con gran pompa por parte de la ciudad organizadora e ilusión desbordante en los 2,500 atletas de sus 180 países participantes, pero también sin la cara más reconocible de la historia del deporte acuático: por primera vez en seis ediciones no estará el astro estadounidense Michael Phelps.
El medallista olímpico más prolijo de todos los tiempos, retirado el pasado agosto tras copar en Londres 2012 las últimas seis preseas de las 22 que ostenta su inigualable palmarés, se perderá la cita mundialista tras cinco presencias consecutivas, habiendo debutado precisamente en Barcelona en la edición de 2003, cuando empezó a forjar su leyenda al establecer cinco récords mundiales.
Se abre pues, una nueva era en Barcelona 2013 con búsqueda de siguiente monarca de la natación; y no faltarán competidores en el certamen que empieza el sábado, cuando inician las pruebas de natación en aguas abiertas.
Las carreras en piscina cubierta no se disputará hasta la siguiente semana, concretamente el domingo 27 de julio, cuando el también estadounidense Ryan Lochte saltará a escena en su afán por tomar el relevo mundial de Phelps. Pese a sus dos medallas de oro y cinco en total, el neoyorquino decepcionó en los pasados Juegos Olímpicos de Londres y algunos cuestionaron entonces su dedicación y capacidad de concentración. Pero Lochte sigue siendo un portento físico de gran versatilidad que intentará rentabilizar su desbordante talento en la ambiciosa búsqueda de siete medallas de oro en las distintas modalidades de libres, estilos, mariposa y espalda.
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