El licor es un desinhibidor; por eso resulta placentera la sensación de distensión y euforia que se experimenta con su consumo. En cantidades moderadas, esto resulta inofensivo, pero hay que aprender a detectar los síntomas relacionados con el abuso de estas bebidas.
¿Cuál es el límite?
La cantidad indicada de alcohol para un individuo sano está determinada por su edad y género. Así, es sano para un hombre tomar dos bebidas diarias, mientras que para mujeres y personas mayores es recomendable una sola. De hecho, algunos médicos recomiendan tomar una copa de vino para contribuir con la salud cardiovascular.
Casi todas las personas relacionamos los problemas con el alcohol, con la cantidad y frecuencia de la ingesta; sin embargo, esto es un indicador que puede resultar poco confiable cuando se trata de adultos mayores, pues a medida que pasan los años, el cuerpo cambia y con él la resistencia a estas sustancias. De esta manera, el efecto eufórico puede incrementarse con una menor cantidad.
¿Cuándo preocuparse?
No todo el que bebe a diario sufre de dependencia, ni todas las personas con problemas de alcohol toman diariamente; pero sí es importante estar alerta ante signos como los siguientes:
-Tomar licor cuando se está sin compañía o a escondidas.
-Sentir que ‘funciona mejor con unas copas’, ya sea para poder enfrentarse a situaciones sociales o como respuesta ante algún conflicto, por ejemplo, para manejar la pérdida de un ser querido o para conciliar el sueño)
-Discusiones familiares, multas por conducir en estado de embriaguez, problemas económicos, entre otros, por el consumo de alcohol.
¿Qué hacer?
El primer paso es reconocer que se tiene un problema y comenzar a tejer una red de ayuda que permitirá superar el conflicto. Es importante contar con el apoyo de la familia. También puede consultar los programas de salud locales que cuentan con un grupo de profesionales especializados. Si usted o alguien que conoce desea recuperarse, puede hacer alguna de las siguientes recomendaciones:
-Visitar a un médico para que haga una evaluación profesional que estime los daños y riesgos que conlleva el consumo excesivo de bebidas alcohólicas.
-Comenzar un trabajo terapéutico es ideal para atacar los procesos emocionales que se esconden detrás de la dependencia. Un psicólogo puede enseñarle a enfrentar la vida con una perspectiva positiva y saludable.
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