La Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) condenó este jueves el asesinato en México del periodista Alberto López Bello y exigió al gobierno investigar el caso e implementar una política mejorada que evite la violencia contra los periodistas.
López Bello, de 28 años, periodista de la fuente policial del diario El Imparcial y colaborador de Radiorama en el estado sureño de Oaxaca, fue encontrado muerto la madrugada del miércoles.
Junto al cadáver de López Bello se hallaba el cuerpo de un policía del municipio de Oaxaca, de 26 años.
El presidente de la Comisión de Libertad de Prensa e Información de la SIP, Claudio Paolillo, indicó que “casos como este demuestran la inefectividad y fragilidad de las políticas del gobierno en asegurar la integridad física de los periodistas y para sancionar a los responsables de los delitos”.
Paolillo, director del semanario uruguayo Búsqueda, agregó que “la ineficacia de la ley de protección y la lentitud para castigar los ataques y actos de violencia contra medios y periodistas en México, reduce cada vez más la oferta informativa que reciben los ciudadanos en zonas del país afectadas por el crimen organizado, ya que por temor a represalias los medios y los periodistas se ven obligados a practicar la autocensura como acto de sobrevivencia”.
El 18 de mayo, López Bello fue detenido por policías estatales junto con Jacobo Robles, también periodista de El Imparcial, mientras tomaban fotografías a una manta aparentemente colocada por el crimen organizado en un puente peatonal, cerca del aeropuerto local, según el comunicado de la SIP, divulgado en Miami, donde tiene su sede el organismo patronal de medios.
En aquella oportunidad los oficiales les retiraron el equipo y sus teléfonos, y fueron trasladados al cuartel de la Secretaría de Seguridad Pública en Santa María Coyotepec, donde los ficharon y luego los llevaron a la Procuraduría General de la República de Oaxaca.
Cinco horas después, el Ministerio Público los liberó tras determinar que su detención fue ilegal.
La SIP denunció que en los últimos meses en Oaxaca se ha reportado un incremento en la presencia del narcotráfico, que hasta hace poco no afectaba a la capital estatal.
México se convirtió en los últimos años en uno de los países más peligrosos para ejercer el periodismo con al menos 84 informadores asesinados y 20 más desaparecidos desde 2000, según la oficial Comisión Nacional de Derechos Humanos.
Fuente: La Patilla
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