Los vehículos compactos, que han llegado al mercado estadounidense con buena aceptación del público, en parte por los precios de venta y la alta economía en gasolina, han sido probados por el Instituto de seguridad en carreteras (IIHS, por sus siglas en inglés) han sido probados bajo las estrictas pruebas de seguridad y los resultados no son alentadores.
De acuerdo con el reporte entregado, es Chevrolet con sus modelos Cruze y Sonic, y VW con el popular Beetle, los que han tenido las pruebas “marginales” es decir, que a la hora de un impacto frontal, los vehículos no protegen a los pasajeros, lo que podría crear severos daños en el habitáculo interior de los vehículos.
La prueba en la que fueron calificados involucra en un 25% la parte frontal del auto. Algo así como estrellarse pero sólo en una de las esquinas.
La prueba busca conocer cómo la ingeniería del vehículo absorbe la energía del impacto, mientras las bolsas de aire y el habitáculo interior protegen lo más posible al cuerpo humano, en trabajo de tensión con cinturones de seguridad, cabeceras y partes colapsables que impiden lesiones graves.
Ante la baja calificación que han tenido los modelos GM, el fabricante ha dicho en comunicado que está por trabajar las mejoras dentro de los vehículos para mejorar la protección de los usuarios.
Las categorías que reciben los autos son “Bueno”, seguido de “Aceptable”, “Marginal y al final “Pobre”.
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