El jamaicano Usain Bolt, campeón olímpico y plusmarquista mundial de 100 metros, recuperó hoy en Moscú, con una marca de 9.77, la corona que había perdido, por descalificación, en los Mundiales de Daegu 2011.
Partiendo por la calle seis bajo la lluvia, Bolt arrancó en 163 milésimas, se emparejó a mitad de carrera con Justin Gatlin, que le había tomado la delantera, y arribó por delante del estadounidense, que cerró en 9.85, y de otro jamaicano, Nesta Carter, tercero con 9.95. Cuatro de los cinco primeros en la final eran jamaicanos.
Se trata de la primera de las tres medallas de oro que se propone Bolt conseguir en estos campeonatos. Ahora buscará las de 200 y relevos 4×100 metros para convertirse en el atleta más laureado de la historia de los Mundiales, superando al estadounidense Carl Lewis.
Las bajas de sus principales adversarios, por lesión (Yohan Blake) o por dopaje (Tyson Gay, Asafa Powell) habían reducido la final de 100 metros a una suerte de combate contra sí mismo, contra el recuerdo de su descalificación en Daegu 2011 por precipitarse en la salida.
Quedaba una sombra de duda con respecto al desenlace de hoy. El 6 de junio pasado, en la Golden Gala de Roma, Bolt fue derrotado por Justin Gatlin, campeón olímpico en Atenas 2004 y mundial en Helsinki 2005, que puede presumir de ser el único que ha derrotado al jamaicano -por una centésima- desde que, un año antes, lo hizo Yohan Blake en los campeonatos jamaicanos previos a los Juegos de Londres.
Pero entre las múltiples cualidades que atesora Bolt está la de ajustar su puesta a punto al objetivo del año. El año pasado Blake le derrotó en 100 y en 200 metros, pero fue Bolt quien ganó la final olímpica, y con la segunda mejor marca de la historia (9.63), doce centésimas por delante de su compañero de entrenamientos.
Hoy partía con la mejor marca del año entre los finalistas (9.85). Para el «Relámpago» la cuestión era sortear la trampa de la salida, no demorarse demasiado en los tacos para no fortalecer las esperanzas de sus rivales, erguirse rápido y poner sus largas piernas a funcionar.
Gatlin dominó la carrera en sus primeros 40 metros pero cuando Bolt se le echó encima, sabía que estaba muerto, porque su remate es letal. El estadounidense, que subió al podio olímpico en Londres como tercero acompañando a Bolt y a Blake, ha recuperado la lozanía después de cumplir cuatro años de suspensión por dopaje.
La nueva medalla de oro, la sexta en Mundiales, devolvió la sonrisa a Usain, que había pasado con gesto insólitamente serio por las rondas precedentes. Hoy volvió a ser el de siempre, poniendo en escena todo el arsenal de gestos y poses que han difundido su imagen ganadora por los cuatro rincones del planeta.
Bolt acapara siempre los titulares, en la victoria y en la derrota. Su descalificación en Daegu conmocionó el mundo del deporte. A Moscú llegó con un primer objetivo: recuperar la corona de 100 metros. Empieza a hacerse a la idea de que nunca más batirá su récord del mundo (9.58) que data de hace cuatro años.
Si gana otras dos medallas de oro, en 200 y 4×100, Bolt adelantará a Carl Lewis en el cuadro de honor de los Mundiales porque tendrá tantas como el «Hijo del Viento» -de oro (8) y en total (10)- pero con dos de plata.
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