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Chihuahua

Se han disparado 44 balas por día en Juárez desde 2010

Los grupos criminales que se disputan el control de Ciudad Juárez para sus actividades delictivas, principalmente la venta de droga al menudeo, han disparado desde 2010 en más de 37 mil ocasiones para aniquilar a sus enemigos.

Los datos, que equivalen a 44 disparos cada día, fueron revelados por la unidad de Servicios Periciales y ciencias forenses de la Fiscalía del Estado, quienes en total tienen resguardados 37 mil 374 casquillos percutidos en una bodega especial.

Ricardo Jaramillo Vela, director estatal de Servicios Periciales y Ciencias Forenses, explicó en conferencia de prensa que esta cifra de balas detonadas se recibieron y contabilizaron solamente desde el 2010 a la fecha, pero no informó sobre los años anteriores, el 2008 y 2009, que fueron los más violentos en la historia del estado de Chihuahua, específicamente en su franja fronteriza de cerca de mil kilómetros, conocida como el Valle de Juárez, y que dejó un saldo de más de 10 mil muertos.

Detalló que en total se han recibido 8 mil 967 diferentes tipos de evidencia por el laboratorio de balística en el 2012. En el año 2011 se obtuvo un total de evidencias de 18 mil 407 elementos balísticos recuperados y en el año 2010 se tiene un total de evidencia registrada de 10 mil elementos recuperados.

De la misma manera, detalló que desde el año 2010 a la fecha se han cometido en Ciudad Juárez poco más de 5 mil 300 homicidios, y la Fiscalía estatal ha asegurado en distintas escenas del crimen un total de mil 104 armas de fuego de diversos tipos y calibres.

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Chihuahua

Silla de ruedas, colchón y megáfono: protesta paraliza accesos a la Presidencia Municipal de Chihuahua

Una protesta inesperada protagonizada por un grupo de ciudadanos interrumpió este jueves el funcionamiento de la Presidencia Municipal de Chihuahua. La manifestación fue encabezada por Virginia Márquez, quien llegó al edificio gubernamental en silla de ruedas y se colocó justo frente a la entrada principal que da a la calle Victoria, bloqueando el acceso con ayuda de un colchón, una base de cama y una cobija. Dicha entrada conecta directamente con el despacho del alcalde Marco Bonilla Mendoza, a quien exigieron un diálogo.

Megáfono en mano, Márquez denunció haber sido desalojada de manera “injustificada” por agentes de la Dirección de Seguridad Pública Municipal (DSPM) en la colonia Ladrilleras, ubicada al norte de la ciudad. Según su versión, elementos de la corporación irrumpieron recientemente en dicho asentamiento para sacar a varias personas de los terrenos que habitaban, entre ellas a ella misma.

“Nos sacaron sin una orden, sin ninguna explicación. Luego, lo que era mi casa fue convertido en un basurero por parte de la Dirección de Obras Públicas, y por esa basura, se provocó un incendio hace unos días”, acusó Márquez ante los medios y funcionarios que se acercaron a la escena.

La protesta fue reforzada por cinco personas más, quienes se unieron a Virginia para colocar la improvisada barricada. La acción logró su objetivo inmediato: impedir por varios minutos el paso del personal administrativo al edificio municipal.

Ante la presión generada, elementos de la DSPM arribaron al sitio para dialogar con los inconformes. Aunque no hubo enfrentamientos, las autoridades intentaron convencer a los manifestantes de liberar los accesos. El intercambio fue tenso y por momentos acalorado, con demandas claras por parte del grupo: diálogo directo con el alcalde y una explicación oficial del operativo que terminó con su desalojo.

Hasta el momento, no se ha emitido una postura oficial por parte de la Presidencia Municipal ni del alcalde Bonilla sobre el incidente. Tampoco se ha informado si se abrirá alguna investigación sobre los señalamientos de abuso de autoridad o si habrá algún tipo de restitución o reubicación para las personas afectadas por el desalojo en Ladrilleras.

La manifestación de este jueves reaviva el debate sobre los derechos de los habitantes de colonias irregulares en Chihuahua, así como el actuar de las autoridades municipales frente a los asentamientos no reconocidos. Mientras tanto, Virginia Márquez, en su silla de ruedas y con una manta sobre las piernas, logró algo inusual: convertir la puerta del poder local en el epicentro de una denuncia ciudadana que exige ser escuchada.

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