El Cáncer Cervicouterino representa la segunda causa de muerte de mujeres por tumores malignos en México, causando alrededor de 14 muertes diarias y el diagnóstico de 12 mil nuevos casos anuales.
Sin embargo, estamos hablando de un cáncer que tiene 99% de probabilidades de ser prevenido porque en 98% de los casos son provocados por el Virus del Papiloma Humano (VPH), el virus de transmisión sexual más común que existe.
El Doctor Aurelio Cruz, Sub-director del Instituto Nacional de Salud Pública, recalcó que a partir de los 4 años que una persona es sexualmente activa, la probabilidad de exposición al VPH es de un 80%; situación de riesgo, pues el virus sólo se contagia a través del acto sexual.
Sin embargo, de los 200 tipos reconocidos de VPH, sólo 15 pertenecen al grupo oncogénico o de alto riesgo; de los cuales, al 16 y 18, se les atribuye 70 u 80% de casos de cáncer. Con lo que nos dice que no todo los tipos de VPH son medios para contraer CaCu. Lo que puede ser un suspiro para todas aquellas mujeres que fueron ya diagnosticadas con este padecimiento.
Además, el Doctor Cruz agregó que el VPH puede ser eliminado por el mismo organismo inmunológico, siempre y cuando la persona se encuentre en un perfecto estado de salud. Desafortunadamente, en nuestro país, debido a los problemas que existen de salud pública como la obesidad, esta opción natural parece cada vez más alejada.
Pero eso no quita que el CaCu sea uno de los cánceres con mayores probabilidades de prevención, al contar no sólo con la ayuda del mismo Sistema Inmunológico, sino también con métodos como la vacuna contra el VPH, el Papanicolaou, la Colposcopia y la Prueba de Molecular del VPH.
Esta última, al tener un alto grado de sensibilidad, permite mejorar la prevención y control de este tipo de cáncer, tipificando los tipos 16 y 18, los dos más peligrosos. Se recomienda para mujeres mayores de 35 años, mientras que la vacuna, que se considera prevención primaria y que también protege contra los mencionados tipos de VPH, se recomienda en niñas menores de 15 años, porque es a ellas a quienes les genera más impacto.
Sin embargo, es importante resaltar que la vacuna contra el VPH no cura el virus y tampoco protege contra los otros tipos de VPH. Las lesiones sí pueden ser tratadas, de cualquier tipo de VPH, y también se puede diagnosticar si la infección es transitoria o persistente, pero el principal objetivo de la detección de este virus es conocer si se tiene o no y cuántas posibilidades existen que éste se convierta en cáncer.
No hay por qué esperar, es mejor prevenir con la vacuna antes de los 15 años y mantener constantes visitas al ginecólogo para llevar control sobre el virus; y por supuesto, el uso del condón es la única manera de asegurar el no contagio.
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