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El sexo a diario permitió a una mujer vencer la inseguridad sobre fisico.

pareja-relaciones-noviazgo Brittany se consideraba una mujer insegura por el aspecto de su cuerpo. En una ocasión le preguntó a su esposo sobre cinco cosas que le gustaran de su apariencia: el rostro, los ojos, el cabello, los labios y el trasero… “Para ser honesto, no te he visto totalmente desnuda en años”, le dijo Andy al final.
En esos días de mayo del año pasado se dio cuenta de cuán evasiva se había vuelto respecto a mostrarle su cuerpo a su esposo. A pesar de los cumplidos que le hacía Andy sobre cuánto le gustaba, para ella no era suficiente para levantarle el ánimo.
Buscando una solución, en un momento en el que su matrimonio requería reavivar la llama de la relación, Brittany y Andy acordaron tener un año completo de sexo, todos los días. Algo que parecía complicado de enfrentar, incluso similar a superar un trauma, se convirtió en una experiencia liberadora para la mujer que hoy tiene 30 años.
“Además de la sensación de inseguridad, me sentía como una idiota. Eso tenía que terminar. Tenía que explicarle que aunque él me veía de esa manera tan sexy, si yo no me veía así también no contaba”, relata Brittany en su blog.
Descubrió entonces que la clave para vencer su inseguridad iba más por el estado mental que por concentrar su mirada en lo que no le gustaba de su cuerpo. «La clave para disfrutar (el sexo) es sentirte confiada y hermosa, y eso era un viaje mío, no de él».
Además, a pesar de que tiene un gusto por lucir bella eligiendo la ropa adecuada, se dio cuenta que se fue acostumbrándose a usar ropa interior regular, holgada e incluso de “maternidad o barata” con la que definitivamente no podía verse a ella misma como alguien sensual.
El cambio de actitud comenzó cuando empezaron a tener relaciones sexuales diario. Usaba ropa interior, alguna con encaje, más acorde a una mujer de su edad. «Se veía muy bonita en mis caderas e incluso me encontré caminando de mi closte al baño con ella (la ropa interior)», escribió.
Fue el comienzo para reencontrar la seguridad en sí misma. Pero también requería de vencer el miedo a hablar con su pareja en ese momento. Todas las cosas que le gustaban y las que no le gustaban empezó a decirlas. “Tuve que trabajar en decir todo en voz alta”, recuerda, lo que fue aumentando su seguridad, en convertirse en “mi propia defensora” en el sexo.
¿Cómo hacer de esa experiencia algo divertido y no rutinario? Brittany recuerda que después de un día de trabajo y hacerse cargo de sus tres hijos, al llegar la noche por momentos pensaba en que tener sexo era una tarea más. Pero eso fue cambiando cuando se fueron venciendo los temores y fue cambiando su mentalidad en las relaciones como algo totalmente abierto.
«Dejó de ser una tarea y se convirtió en el momento del día en el que estaba más en paz. Podía tener una conversación real con mi marido y sabía que él me estaba escuchando, y no que aparentaba hacerlo mientras veía televisión».
Hace un mes completó el año de tener relaciones sexuales todos los días. Piensa que el día siguiente fue algo raro. Pero de lo que está muy segura es que haber enfrentado su inseguridad le permitió crecer con su pareja, pero sobre todo individualmente.

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Georgina Ledezma vende pulseras hechas a mano. Alumna del CAM 7507

Alumna del CAM 7507 del grupo de proyectos productivos, Georgina Kanakoqui Ledezma de 18 años de edad, joven alegre, entusiasta y trabajadora, con grandes habilidades para estar en un ambiente de trabajo, solicita el apoyo de la comunidad en general para que adquieran pulseras elaboradas con sus propias manos.

 


Bajo la asesoría y acompañamiento de la maestra Gabriela Rivero, en cuyas clases se desarrollan habilidades laborales con la finalidad de auto emplearse y/o realizar prácticas en ambientes reales, fue donde se gestó este emprendedurismo por parte de Georgina en la que de realizarlas como pasatiempo surgió la idea de ponerlas a la venta para generar sus propios ingresos como incentivo además, para que ella se sienta autónoma y feliz ya que debido a su delicada situación de salud no puede ejercer dentro de una empresa.
Este caso de éxito en la elaboración y convencimiento de producir artículos para su venta forma parte de los objetivos de nivel de formación para la vida adulta del CAM 7507 donde las maestras Ivone Santiago y Lydia Stirk del grupo de prácticas Laborales dan seguimiento puntual a todo su estudiantado.
Las pulseras de la joven Kanakoqui Ledezma estarán en venta en el restaurante “MAYÓLICA” ubicado en Blvd. Antonio Ortiz Mena 2033 Colonia Campestre-Lomas con un costo de $30 pesos.

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