La Confederación Nacional Campesina se pronunció hoy por una política de protección civil para el campo, a fin de evitar que los campesinos queden en la ruina al perder su patrimonio y trabajo a causa de los cada vez más frecuentes y graves desastres naturales que en los últimos 12 años han provocado pérdidas económicas al país por más de 14 mil millones de dólares.
El senador Gerardo Sánchez García, presidente de la CNC, llamó también a todos los sectores a incrementar con urgencia la ayuda a los más de un millón de damnificados por los recientes fenómenos meteorológicos, y demandó castigar a los especuladores que en algunas zonas afectadas han incrementado hasta en 100 % el precio de los alimentos.
El dirigente lamentó la tragedia que ha enlutado al país, sobre todo en las zonas rurales donde comunidades indígenas han sido las más afectadas junto con los productores que han perdido totalmente sus cosechas de maíz, frijol, sorgo y frutales, así como su ganado, a causa del huracán Ingrid y “Manuel”, la tormenta tropical, que azotaron a México por las costas del Atlántico y el Pacífico.
El legislador guanajuatense consideró que si bien ante las intensas lluvias y ciclones que se han dejado sentir en el país se requiere atención inmediata a las urgencias, se necesita además una política de prevención y de reconstrucción con apoyos del gobierno, así como créditos para que los campesinos puedan resarcir sus empresas sociales destruidas.
El líder de la CNC sostuvo que hace falta una cultura de la prevención en México y que, de acuerdo con un proyecto legislativo cenecista, se debe declarar de interés público la Protección Civil para los ejidos y comunidades, para que en cada uno de los 30 mil núcleos agrarios que existen a nivel nacional haya comisiones con los objetivos de prevenir, atenuar, atender riesgos, daños a las vidas y a los bienes de sus integrantes causados por desastres de cualquier orden.
El análisis de la CNC reconoce la existencia de varias instituciones dedicadas a la protección civil, pero con programas, recursos y decretos en su mayor parte urbanos, cuando se ha constatado que es la población rural la que más sufre por los fenómenos naturales.
Sostiene que en esta ocasión son más de 25 los estados afectados, aunque no se debe olvidar que México es altamente propenso a estos desastres por estar dentro de cuatro de las seis regiones generadoras de ciclones en el mundo, por lo que un breve recuento de los grandes desastres ocurridos en los últimos años permite tomar conciencia de la alta siniestralidad a la que está expuesto nuestro país, especialmente las zonas agrícolas en las que vive la cuarta parte de la población nacional.
Según datos de instituciones oficiales, que recoge el estudio de la CNC, los desastres naturales provocan pérdidas anuales de 2 mil millones de dólares en promedio, cientos de miles de damnificados y migración de pueblos enteros, como ha sucedido con las sequías, los terremotos y con los huracanes Gilberto, Paulina, Keith, Isidore y Kena, entre muchos otros.
El dirigente de la CNC argumentó que la propuesta de contar con una política de prevención toma en cuenta los efectos que provoca el cambio climático en el mundo, lo que obliga a que los núcleos agrarios cuenten con sus programas de protección civil, sobre todo en las zonas más pobres, donde la vida y la economía precarias hacen necesarios y urgentes programas, recursos y planeación para atender la emergencia y resarcir los estragos económicos que sufre la población más necesitada.
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