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Rodeados de muerte y desolación los filipinos enfrentan el desastre por Haiyan

Los trabajadores humanitarios están preocupados de que la abundancia de cuerpos cause riesgos de salud entre los sobrevivientes, quienes beben agua de pozos sin saber si están contaminados o no.
Pero Tacloban, en la provincia de Leyte, no es la única zona devastada. Las autoridades evalúan el nivel de destrucción en otros lugares por los cuales pasó Haiyan.

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Sobrevivientes buscan entre los escombros de sus casas destruidas a seres queridos que pudieron haber quedado atrapados. Otros batallan para encontrar comida y agua en zonas llenas de cadáveres.
Tres días después de que el tifón Haiyan tocara tierra en el centro de Filipinas como una de las tormentas más fuertes registradas en la historia, la gente se esfuerza por asimilar las pérdidas y los desafíos por venir.
Hay 942 víctimas mortales confirmadas. La cifra final podría ser 10 veces mayor.
Barcos militares de Estados Unidos y Reino Unido se dirigen a Filipinas para contribuir en las labores de asistencia humanitaria.
La tormenta, conocida como Yolanda en Filipinas, dejó devastación a una escala monumental. Miles de casas quedaron destruidas, muchas áreas están incomunicadas, sin transporte ni electricidad.
El presidente Benigno Aquino III declaró «estado nacional de calamidad», lo que da más libertad a los equipos de rescate y permite que el gobierno controle los precios de productos básicos.

Algunos funcionarios estiman que unas 10.000 personas fallecieron.
«Hay muchas personas muertas», dijo Richard Gordon, presidente de la Cruz Roja de Filipinas. «Hay cuerpos sin vida en el agua, en los puentes, en la orilla de la carretera».

En medio de eso, cientos de miles de sobrevivientes intentan conseguir agua, alimentos, refugio y medicinas. Los trabajadores humanitarios y funcionarios del gobierno batallan para llevar suministros de emergencia a las zonas más afectadas, aisladas por la caída de árboles y postes eléctricos.
En Tacloban, una ciudad de más de 200.000 habitantes, hay cuerpos cubiertos con sábanas o lonas en las calles, pero otros cadáveres permanecen con el rostro descubierto.
Los trabajadores humanitarios están preocupados de que la abundancia de cuerpos cause riesgos de salud entre los sobrevivientes, quienes beben agua de pozos sin saber si están contaminados o no.
Pero Tacloban, en la provincia de Leyte, no es la única zona devastada. Las autoridades evalúan el nivel de destrucción en otros lugares por los cuales pasó Haiyan.
«No es solo Tacloban, son todas las zonas costeras» en esa región, dijo Gordon.
Al otro lado del Golfo de Leyte se encuentra Samar, la isla donde Haiyan hizo este viernes la primera de seis escalas en territorio filipino. Funcionarios del gobierno y de asistencia aún tratan de llegar a muchas comunidades afectadas.
En el oeste, en las islas de Cebú y Panay, hay un problema similar.
La cifra oficial de muertos por la tormenta es de 942, según el Comando Central de las Fuerzas Armadas.
«Podemos dar estimaciones en este momento, pero ninguna será exacta», dijo Gordon.
Mientras, las autoridades organizan la ayuda que llega desde aviones militares que llegan al aeropuerto de Tacloban, donde los vuelos comerciales reiniciaron este lunes y cientos de residentes buscan un boleto de salida.
Un grupo de la Marina de EE.UU. llegó este lunes, pero debido a que el camino de 15 kilómetros al centro de la ciudad está bloqueado por escombros, llevar los suministros a donde más se necesita es difícil.
Por otra parte, algunas zonas también enfrentan saqueos. El empresario local Richard Young dijo que él y otros formaron un grupo para proteger sus negocios.
«Tenemos armas, dispararemos dentro de nuestra propiedad», dijo.
El gobierno envió policías y soldados para reforzar la seguridad y controlar la situación.
Mientras tanto, la embajada de México busca a 4 religiosas que se encontraban en la zona más afectada por el tifón, pero no ha podido llegar al lugar donde podrían estar
Estados Unidos anunció el envío de 20 millones de dólares en ayuda humanitaria para proveer refugio, comida, agua y equipos de sanidad e higiene.
Haiyan tocó tierra este lunes en Vietnam y ahora se dirige como tormenta tropical al sur de China.mujer1263213621_0

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Georgina Ledezma vende pulseras hechas a mano. Alumna del CAM 7507

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Alumna del CAM 7507 del grupo de proyectos productivos, Georgina Kanakoqui Ledezma de 18 años de edad, joven alegre, entusiasta y trabajadora, con grandes habilidades para estar en un ambiente de trabajo, solicita el apoyo de la comunidad en general para que adquieran pulseras elaboradas con sus propias manos.

 


Bajo la asesoría y acompañamiento de la maestra Gabriela Rivero, en cuyas clases se desarrollan habilidades laborales con la finalidad de auto emplearse y/o realizar prácticas en ambientes reales, fue donde se gestó este emprendedurismo por parte de Georgina en la que de realizarlas como pasatiempo surgió la idea de ponerlas a la venta para generar sus propios ingresos como incentivo además, para que ella se sienta autónoma y feliz ya que debido a su delicada situación de salud no puede ejercer dentro de una empresa.
Este caso de éxito en la elaboración y convencimiento de producir artículos para su venta forma parte de los objetivos de nivel de formación para la vida adulta del CAM 7507 donde las maestras Ivone Santiago y Lydia Stirk del grupo de prácticas Laborales dan seguimiento puntual a todo su estudiantado.
Las pulseras de la joven Kanakoqui Ledezma estarán en venta en el restaurante “MAYÓLICA” ubicado en Blvd. Antonio Ortiz Mena 2033 Colonia Campestre-Lomas con un costo de $30 pesos.

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