¿Gusta redondear? Es la pregunta que toda persona que visite el súper ha escuchado alguna vez en su vida. Las opiniones respecto a esta práctica son encontradas, pero realmente ¿qué se hace con el dinero recaudado?
Con el redondeo, las cadenas de supermercados sirven de recaudadores a fundaciones, aunque también benefician su imagen y, en menor medida, algunas de ellas reciben una ventaja fiscal. Es decir, la práctica del redondeo tiene tres objetivos: administrativo, social y fiscal.
Por una parte, facilita la administración del flujo de efectivo, te quitan el problema entregar moneditas. Por otra parte, los centavos que se redondean se destinan hacia una organización con fines no lucrativos, y por último, representa una ventaja fiscal para la empresa.
Nosotros como persona física no pedimos un comprobante de esos centavos donados, la cadena comercial que hace la donación es la que tiene el beneficio fiscal, porque las donaciones son deducibles de impuesto, pero no es un monto que a la cadena comercial beneficie de forma considerable.
La función de las cadenas es servir de recaudadores con el propósito de que las asociaciones y fundaciones lleguen a un mayor público. “Si no contaran con la ayuda de las tiendas, difícilmente llegan a poder obtener el dinero de los clientes para que te apoyen en esas labores sociales”, dijo José Manuel González, socio a cargo de compañías de retail de KPMG México.
Para el especialista el verdadero beneficio es la imagen que da hacia sus consumidores. “Lo que persiguen es que sus clientes se den cuenta de que ellos participan activamente en su comunidad y que quieren devolver algo a la sociedad. Esto puede hacer que los clientes sean más leales a ciertas marcas”, comentó González.
Una de las críticas de esta práctica es que las empresas no suelen redondear sus precios, es decir siempre tienen centavos “volando”, pero esta es una técnica usada a nivel mundial. Es por un efecto de mercadotecnia. No es lo mismo ver 5.90 a 6 pesos, el impacto mental es que me está costando alrededor de cinco pesos, no seis.
No se debe desconfiar en esta operación del redondeo, porque el dinero sí va a los fines que nos están diciendo y es una forma de contribuir a actividades de carácter social.