Copenhague .- Un tribunal de Estocolmo juzgará a partir del próximo jueves a un pediatra español acusado de delitos sexuales, incluida la violación, cuyas víctimas fueron 52 niños en diferentes centros hospitalarios de Suecia, según el auto de acusación.
El médico, de 29 años de edad, fue detenido a finales de diciembre pasado y se encuentra en prisión preventiva.
El auto de la Fiscalía facilitado hoy a Efe por el tribunal incluye los cargos de violación grave de menor, abuso grave de menor, aprovechamiento de niños para hacer poses de tipo sexual y pornografía infantil.
El escrito, que identifica al acusado como Cristian Carretero Sánchez, residente en Axvall (suroeste de Suecia), señala que las presuntas víctimas fueron niños de 2 a 12 años.
El pediatra cometió presuntamente los delitos por los que es imputado entre octubre de 2015 y noviembre de 2017, en centros hospitalarios de cuatro localidades suecas, Skellefteå, Skövde, Jönköping y Estocolmo.
La Fiscalía detalla en el auto cómo el médico tocó en muchas ocasiones de forma injustificada a los niños en los genitales y el ano y los penetró con los dedos o con instrumental, por lo que en seis casos cabe hablar de violación grave, un delito penado con hasta diez años de prisión en Suecia.
El acusado, que niega todos los cargos, asegura que los reconocimientos genitales tenían una motivación médica y que así se hace en su país de origen, pero la acusación, que ha recurrido a varios expertos para examinar los historiales clínicos, considera que no estaban justificados.
“Muchas veces los niños acudían por cosas normales como dolor de cabeza o en los oídos y erupciones cutáneas. Les practicó exámenes normales, pero luego les ordenó que los genitales también debían ser examinados”, declaró la fiscal, Ann Lidén, hace unos días en rueda de prensa al presentar la acusación.
La causa incluye también a 18 adultos, padres de niños que pidieron atención médica mediante un servicio por internet para el que trabajó el médico.
Carretero les pidió a través de videochat que filmasen los genitales de los niños, lo que podría constituir un delito de molestia sexual y aprovechamiento de persona en situación de dependencia.
Fue uno de los centros médicos para los que trabajaba Carretero el que dio la alarma en noviembre pasado.
Tras ser detenido, la policía encontró cientos de vídeos de pornografía infantil en el ordenador personal y el teléfono móvil del doctor.
El tribunal que lo juzgará calcula que el proceso durará tres meses y decidirá el jueves, en la sesión inaugural, si lo celebra a puerta cerrada.
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