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Ciencia y Tecnología

A la venta: iPhone 12 con un trozo del suéter de Steve Jobs por 6,500 dólares

Caviar, una compañía rusa que se caracteriza en ofrecer versiones modificadas de smartphones, acaba de presentar sus exclusivos «iPhone 12 Pro Jobs 4», celebrando el décimo aniversario del iPhone 4, el último dispositivo de Apple que fue lanzado por parte de Steve Jobs.

El elemento más interesante de la colección es que en el centro de la característica manzana, tendremos un pedazo pequeño del suéter, según la empresa, se trata de una pieza de tela auténtica que fue utilizada por Steve Jobs.

El pedazo de tela no es la única novedad. La versión en color negro lleva el nombre de “Jobs 4 Black”, fabricada en titanio con un precio base de 6,500 dólares. La versión en color blanco tiene un costo de 7,000 dólares, con la parte trasera fabricada con material G-10, un laminado reforzado con fibra de vidrio que presume ser ultra resistente.

La joya de la corona es el “Steve Jobs 1st”, con una parte trasera de titanio, pero incluyendo dos tonos, plata y uno más oscuro que buscan simular los colores del primer iPhone, con un precio que inicia desde los 7,000 dólares. El modelo más caro es la versión oro, con el logo de Apple en oro de 18 kilates, su precio base es de 9,000 dólares.

Es importante mencionar que todos los smartphones son iPhone 12 Pro Max modificados, tienen sus tres opciones de almacenamiento (128, 256 y 512 GB). La empresa aclaró que cada teléfono de la serie tendrá una edición limitada de 10 piezas.

Fuente: Xataka

Ciencia y Tecnología

Marihuana duplica riesgo de muerte por infarto y derrame cerebral, revela estudio global con 200 millones de casos

Una nueva investigación publicada en la revista Heart advierte sobre un riesgo grave y hasta ahora subestimado: el consumo de marihuana puede duplicar las probabilidades de morir por enfermedades cardiovasculares, incluso en personas jóvenes y sin antecedentes médicos. El hallazgo surge de un metaanálisis de datos médicos que involucra a más de 200 millones de personas, la mayoría entre los 19 y 59 años, en países como Estados Unidos, Francia, Canadá, Australia, Egipto y Suecia.

Lo más preocupante es que quienes presentaron mayor riesgo eran adultos jóvenes sin factores de riesgo previos como hipertensión, tabaquismo o antecedentes familiares. “Lo que más nos llamó la atención fue que los pacientes hospitalizados por estos padecimientos eran jóvenes, sin historial de enfermedad cardiovascular ni factores de riesgo asociados”, señaló la investigadora Émilie Jouanjus, profesora asociada de farmacología en la Universidad de Toulouse, Francia.

Comparados con quienes no consumen cannabis, los usuarios tienen un 29% más de riesgo de sufrir un infarto y un 20% más de sufrir un derrame cerebral. La revisión sistemática no logró determinar el modo de consumo (fumado, vaporizado, comestible, etc.), pero con base en los patrones de uso en los países analizados, los autores concluyen que la mayoría probablemente lo consumía fumado.

Los especialistas advierten que esta forma de consumo conlleva riesgos similares al tabaco. “Cualquier método que implique inhalar cannabis implica riesgos, incluso para quienes están cerca y respiran el humo de segunda mano”, explicó la doctora Lynn Silver, profesora de epidemiología en la Universidad de California, San Francisco, y coautora de un editorial que acompaña el estudio.

Además, nuevas evidencias apuntan a que incluso los comestibles con THC pueden causar daño vascular. Una investigación publicada en mayo de 2025 reveló que los consumidores de comestibles mostraron una reducción del 56% en la función vascular, incluso más alta que en quienes fuman marihuana, con una reducción del 42%. “El THC, sin importar su forma de ingreso al organismo, tiene efectos preocupantes sobre el sistema cardiovascular”, advirtió la cardióloga investigadora Leila Mohammadi.

Uno de los elementos más inquietantes del estudio es el incremento en la potencia del cannabis disponible en el mercado legal. “Los productos actuales pueden contener hasta 99% de THC. No tienen nada que ver con la marihuana que se fumaba en los años setenta”, señaló Silver. Esta mayor potencia también está asociada con un aumento en los casos de adicción y trastornos mentales graves como psicosis o esquizofrenia. Se estima que en EE.UU., al menos 3 de cada 10 usuarios desarrollan trastorno por consumo de cannabis.

Aunque las políticas públicas han priorizado la regulación comercial y el otorgamiento de licencias a empresas, los expertos piden un viraje urgente hacia la educación sobre riesgos. “Necesitamos tratar el consumo de cannabis como tratamos el tabaco: con advertencias claras, educación médica y políticas que pongan la salud pública al centro”, afirmó Silver.

Los investigadores temen que la relación entre cannabis y enfermedad cardíaca esté subestimada. “Es probable que el vínculo sea incluso más fuerte de lo que reflejan los datos actuales”, reconoció Jouanjus.

En un contexto donde el uso de cannabis se normaliza cada vez más, especialmente en adultos mayores que lo utilizan para el dolor o el insomnio, la evidencia científica lanza una advertencia clara: el cannabis no es inocuo, y su consumo podría tener consecuencias fatales, incluso para quienes creen estar lejos de cualquier riesgo cardiovascular.

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