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«A martillazos», así asesinaron a Vanessa Guillén. Asesino se suicidó.

Documentos judiciales revelan nuevos detalles de la muerte de la soldado Vanessa Guillén, asesinada a martillazos en abril pasado en la base de Fort Hood (Texas) por un compañero, que la sacó del recinto militar en una caja y la descuartizó antes de enterrarla, según una testigo.

Se trata de Cecily Ann Aguilar, pareja del presunto asesino, Aaron Robinson, de 20 años y que se suicidó cuando la policía se disponía esta semana a interrogarle después de que apareciesen restos humanos, previsiblemente de Guillén.

Ese día, el pasado 30 de junio, la policía interrogó a su pareja, quien reconoció que Robinson le dijo el mismo día en el que Guillén fue vista por última vez, el 22 de abril, que había golpeado a la mujer «con un martillo varias veces» y que la joven «nunca logró salir de la base con vida».

Dos testigos, entrevistados por los investigadores el 18 de mayo, dijeron que vieron a Robinson saliendo de la base llevando una gran «caja resistente» con ruedas y que parecía pesada.

Según el testimonio de su novia, Robinson fue a buscarla y juntos fueron a un sitio cerca del río León, donde el soldado abrió la caja y Aguilar vio en su interior a una mujer muerta, a la que posteriormente identificó como Guillén.

«Para disponer y ocultar más fácilmente el cuerpo de la mujer muerta, Robinson y Aguilar procedieron a desmembrar el cuerpo de la muerta. Usaron un hacha o un hacha pequeña y un cuchillo del tipo machete. Separaron las extremidades y la cabeza del cuerpo», se lee en el documento judicial en el que se resume la confesión de Aguilar, de 22 años y ex esposa de un ex soldado de Fort Hood.

Posteriormente intentaron quemar el cuerpo, pero no lo consiguieron por completo, por lo que procedieron a enterrarla en tres agujeros hechos en la tierra y los cubrieron.

El análisis del uso del teléfono de Robinson fue lo que llevó a los investigadores a situarle como sospechoso, al recibir uno de los últimos mensajes de texto que Vanessa envió desde su celular esa noche del 22 de abril y estar aquella noche también en la base.

Y esa misma información de su celular señala que la pareja regresó al lugar donde habrían enterrado a la joven soldado para intentar quemarla de nuevo y enterrarla en el mismo lugar, pero utilizando ahora hormigón, dijo la detenida, quien ha sido acusada de un cargo de conspiración para manipular pruebas.

Aguilar, apuntan los documentos de la corte, colaboró con la policía para encontrar a Robinson el día en el que fueron hallados los restos que se presuponen pertenecen a Guillén, pero cuando el soldado fue interceptado por los agentes blandió una pistola y se disparó en la cabeza, matándose.

Estos documentos salieron a la luz después de que responsables de Fort Hood asegurasen este viernes de que no hay pruebas que vinculen las denuncias de acoso sexual realizadas por Guillén a sus allegados con la desaparición de la soldado.

El responsable de Fort Hood, el general Scott Efflandt, dijo que la investigación criminal que inició al día siguiente de la desaparición de Guillen aún continúa y siguen a la espera de los resultados de DNA para confirmar que los restos hallados a unas 20 millas al este de la base militar corresponden a Guillén.

Efflandt dijo que las denuncias de acoso están siendo «investigados por completo» y «tomados en cuenta muy seriamente», la investigación «no ha encontrado relación» entre ellas.

La familia de la joven de 20 años exigió esta semana una investigación del Congreso durante una rueda de prensa frente al memorial de la Marina en Washington y su abogada, Natalie Khawam, pidió una ley que proteja a los soldados de las fuerzas militares del acoso y la agresión sexual.

Resto del mundo

Cofece multa a Walmart por prácticas monopólicas: la batalla legal apenas comienza

La Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece) asestó un golpe histórico al multar a Walmart de México con 93.4 millones de pesos tras concluir una investigación que se extendió por más de cuatro años. La razón: prácticas monopólicas relativas, particularmente en el trato con sus distribuidores.

Según el dictamen de la Cofece, Walmart aprovechó su posición dominante en el mercado para imponer condiciones desfavorables a los proveedores, afectando la competencia en el sector. Aunque no se han revelado todos los detalles de las “contribuciones” impuestas a los distribuidores, el veredicto destaca cómo estas prácticas distorsionan el acceso al mercado y perjudican a competidores más pequeños.

En respuesta, Walmart no tardó en reaccionar. La empresa anunció que impugnará la decisión y enfatizó su compromiso con el cumplimiento de las leyes mexicanas. En su comunicación oficial, destacó que la sanción carece de fundamento y que está basada en interpretaciones erróneas. Este movimiento era predecible: para una empresa de este tamaño, 93 millones de pesos no solo representan una cifra considerable, sino también una amenaza a su reputación.

Por otro lado, la Cofece también se juega mucho. Este caso es una muestra clara de su intención de reforzar la vigilancia sobre los gigantes corporativos. Sin embargo, una batalla legal prolongada podría poner a prueba su capacidad de defender sus resoluciones en tribunales.

Más allá de la multa, el caso de Walmart pone el reflector sobre una problemática común en el comercio minorista: el desbalance de poder entre grandes cadenas y pequeños distribuidores. Si bien el desenlace de este litigio aún está por definirse, el mensaje es claro: los días de actuar sin consecuencias podrían estar contados. La industria y los consumidores estarán atentos a cada movimiento en esta batalla judicial.

 

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