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Policiaca

Adrián Alonso, el 8: cómo afectará la estructura del CJNG la liberación del ahijado del “Mencho”

En el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) sobran los herederos y sucesores. Tras la captura de Rubén Oseguera González, el Menchito, hijo del líder absoluto del CJNG, el protagonismo obligado —advierten algunos expertos— es para Hugo Gonzalo Mendoza Gaytán, el Sapo, un capo poderoso pero de bajo perfil, que se ha convertido en el brazo derecho de Nemesio Oseguera Cervantes, el Mencho.

Sin embargo, existe un capo ubicado en el mismo nivel jerárquico que el Sapo. Se trata de Adrián Alonso Guerrero, alias El 8, quien podría quedar en libertad luego de que un juez lo absolviera de los cargos en su contra.

Alonso Guerrero, identificado como ahijado del Mencho, fue uno de los operadores más importantes del CJNG hasta su detención en 2019, en Zapopan, Jalisco (al oeste de México). Informes de seguridad ubican a esa entidad y Michoacán como las principales bases de operaciones de El 8. Actualmente en esos estados, las huestes del Cártel Jalisco Nueva Generación libran una violenta batalla con los cárteles Unidos y de Sinaloa.

El 8 tenía bajo su mando un grupo de sicarios que se hacía llamar Los Guerrero. Esta célula, según las autoridades, fue la responsable del derribo de un helicóptero militar que tendía un cerco contra el Mencho, el 1 de mayo de 2015 en Villa Purificación, Jalisco.

Este ataque lo convirtió en objetivo principal del gobierno mexicano. El primer operativo para su captura ocurrió 21 días después del choque en Villa Purificación. La táctica, en el rancho ubicado sobre la autopista Morelia-Guadalajara, dejó 42 civiles y un oficial muerto.

Los Guerrero, al servicio del Mencho, continúan operando en los municipios michoacanos de Tanhuato, Yurécuaro, Ecuandureo y Vista Hermosa, ubicados en los límites con los estados de Jalisco y Guanajuato.

En estas zonas, como en gran parte del estado, el CJNG se disputa el control del territorio con Cárteles Unidos, lo que ha desatado una ola de violencia.

El 8 tenía la encomienda de impedir que grupos criminales de otros estados como Guanajuato, Aguascalientes o San Luis Potosí ingresaran a Jalisco, bastión del CJNG.

Hasta ahora, Hugo Gonzalo Mendoza Gaytánalias el Sapo y/o Rey Sapoera el único capo identificado como del primer círculo de Nemesio Oseguera.

De acuerdo con informes de inteligencia, este hombre de 34 años, es un narcotraficante oriundo de Michoacán y hermano del Güero Abundio (Abundio Mendoza Gaytán), quien fue líder regional del CJNG hasta su aprehensión en enero de 2012.

Mendoza Gaytán dirige el Cártel Jalisco al menos desde 2015 y ha logrado expandirlo a varias entidades y ciudades de México. Es el responsable de conquistar regiones para Nemesio Oseguera Cervantes, el Mencho, líder absoluto de la organización criminal, y encargado de las relaciones políticas del cártel.

En Guanajuato, al centro de México, diseñó la ofensiva contra José Antonio Yépez, el Marro, fundador del Cártel de Santa Rosa de Lima. En la capital mexicana, pactó una alianza entre el CJNG y el grupo criminal la Anti-Unión Tepito para apropiarse de los negocios delictivos de la metrópoli.

Increible

Desaparece en Disneyland y aparece días después en un bote de basura en Mexicali: el misterioso caso de Annie Encino

Una adolescente estadounidense de 16 años fue localizada con vida dentro de un contenedor de basura en Mexicali, Baja California, días después de haber desaparecido en el parque Disney California Adventure, en Anaheim. El caso ha despertado preocupación e interrogantes en ambos lados de la frontera, especialmente por el silencio mediático en México y las lagunas que aún rodean su cruce hacia territorio nacional.

Annie Kathleen Encino desapareció el pasado 20 de abril tras una discusión con su familia dentro del parque temático. Fue vista por última vez alejándose sola, lo que activó una Alerta Amber en Estados Unidos. Sin embargo, esa alerta nunca cruzó a territorio mexicano, dejando a la opinión pública del país sin conocimiento de su desaparición… hasta que la historia dio un giro tan insólito como alarmante.

Días después, una llamada anónima al 911 alertó a la policía municipal de Mexicali sobre la presencia de una menor dentro de un bote de basura. Al llegar al sitio, los oficiales encontraron a la joven en condiciones que no han sido detalladas, pero confirmaron su identidad. El consulado de Estados Unidos fue notificado de inmediato y su madre viajó a la ciudad fronteriza para identificarla y llevarla de regreso.

Hasta ahora, las autoridades mexicanas no han informado cómo fue que Annie cruzó la frontera sin documentos, sin acompañantes y sin ser detectada. Tampoco han revelado si fue víctima de trata, secuestro, abuso o si viajó voluntariamente con ayuda de terceros. La Fiscalía de Baja California mantiene abierta una investigación para esclarecer los hechos.

Lo que sí queda claro es que algo falló en los mecanismos de cooperación fronteriza. Ni la alerta internacional funcionó, ni hubo un protocolo binacional que permitiera actuar a tiempo. La aparición de una menor estadounidense en un contenedor de basura, en una ciudad donde los casos de desapariciones no son novedad, pone una vez más bajo la lupa la crisis de seguridad y el flujo irregular entre ambos países.

Mientras se esperan más detalles oficiales, el caso de Annie Encino evidencia que incluso en un entorno supuestamente seguro como Disneyland, la vulnerabilidad de los menores puede terminar en una historia digna de una serie policiaca.

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