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Advierte AMLO ‘infiltrados’ del crimen organizado en movilizaciones de normalistas de Ayotzinapa

Andrés Manuel López Obrador, presidente de México, consideró como un hecho “muy grave” que estudiantes normalistas de Ayotzinapa hayan utilizado un tráiler durante el enfrentamiento con la Guardia Nacional el pasado viernes en la Autopista del Sol.

En la conferencia matutina llevada a cabo en Palacio Nacional, López Obrador pidió a los jóvenes deponer es actitud de violencia en sus protestas, y los instó a que dialoguen con las autoridades.

Es muy lamentable lo que sucedió, fue muy grave porque pudo haber una tragedia, muchos muertos, se tuvo suerte de que el tráiler se estrelló en una caseta, en un edificio de turismo y eso lo detuvo porque habían puestos de comerciantes e iban a perder la vida muchos, muy lamentable esto”, dijo.

“Quiero hacerle un llamado a los muchachos de Ayotzinapa para que ya no actúen de esa forma porque afectan, ponen en riesgo la vida de otras personas, y el ser revolucionario tienen que cuidar al pueblo,. y se lucha por ideales, no es por la destrucción, no puede haber rebelde sin causa. Que dialoguen, he dado la instrucción de que los reciban, que haya diálogo”, refirió.

El viernes pasado, normalistas de Ayotzinapa chocaron con un contingente de la Guardia Nacional durante una protesta en una caseta de la carretera hacia Acapulco, en donde incluso los estudiantes utilizaron un tráiler como arma contra los agentes de la ley.

Alrededor de 500 agentes de la Policía de Guerrero y de la Guardia Nacional, cercaron a los estudiantes, quienes intentaban tomar la caseta de Palo Blanco.

López Obrador no descartó que existan personas del crimen organizado infiltradas entre los normalistas de Ayotzinapa, por lo que solicitó a los estudiantes estar atentos a dicha situación.

También tenemos información de que hay gente dedicada a actividades ilícitas, infiltradas, en este movimiento, esto a lo mejor ni ellos lo saben y por eso lo estoy planteando. Me dirijo a ellos y les pido a sus papás que nos ayuden, que estén pendientes de ellos, que hablen con ellos, porque ese no es el camino”, señaló.

“Nosotros no somos represores, se tomó esa decisión de que no se tomen las casetas, ya era una situación insoportable. La Guardia Nacional actuó con mucha responsabilidad, sin armas, salieron muchos heridos, pero no se puede actuar de esa forma. Espero que depongan esa actitud y que no le hagan el juego a la derecha, al conservadurismo, porque los conservadores quisieran o que se diera una desgracia para echarle la culpa a los jóvenes, o que el Gobierno los reprimiera, están como zopilotes”, refirió.

El jefe del Ejecutivo federal recalcó que los jóvenes de Ayotzinapa “son muy inteligentes, no tienen por qué tocarse los extremos, nada de extremismos, ni de izquierda ni de derecha. Se puede luchar por los ideales y los principios sin violencia”.

“Si toman las casetas porque les falta dinero, hay becas, y claro que las merecen si son estudiantes pobres, diálogo, y que no se deje manipular por nadie, y menos por la delincuencia llamada organizada, ni por la otra delincuencia, la de cuello blanco”, adujo.

Fuente: López-Dóriga Digital

Opinión

Emilia Pérez: Una Mirada Cuestionada sobre México Por: Sigrid Moctezuma

En un mundo donde el cine es tanto un arte como una poderosa herramienta de representación cultural, las películas que abordan la identidad de un país llevan consigo una gran responsabilidad. Tal es el caso de Emilia Pérez, una cinta que, aunque prometía ser un relato innovador, ha generado un torrente de críticas por su visión estereotipada y su superficialidad al retratar la cultura nacional.

Descrita por sus creadores como un “narco-musical”, Emilia Pérez sorprendió al ganar cuatro Globos de Oro, lo que dejó en evidencia una desconexión entre las audiencias internacionales y la percepción mexicana. Mientras en el extranjero se celebra como un experimento cinematográfico audaz, aquí ha sido criticada por perpetuar clichés culturales que parecen sacados de una postal turística, ignorando las complejidades del México actual. Aunque su mezcla de comedia, drama y música despertó curiosidad inicial, para muchos terminó siendo un recordatorio de cómo los estereotipos siguen dominando la narrativa global.

Uno de los puntos de mayor desagrado ha sido la manera en que la película aborda temas sensibles como la identidad de género y la narcocultura. Si bien es positivo que estas cuestiones tengan espacio en la narrativa cinematográfica, en Emilia Pérez se sienten tratadas con una ligereza que no honra su trascendencia. Los personajes, en lugar de reflejar matices reales, se convierten en caricaturas que difícilmente conectan con el público.

Las críticas no solo vienen de los espectadores, sino también de sectores especializados en cine y cultura. Se ha señalado que la película parece diseñada para un público extranjero que consume el «México pintoresco», mientras ignora las voces y experiencias auténticas que definen al país. Lo que representa una oportunidad desperdiciada para proyectar un discurso que sea fiel a nuestra riqueza cultural y social.

Este fenómeno no es nuevo en el cine. Muchas producciones internacionales han intentado capturar supuestamente nuestra esencia, pero terminan cayendo en la trampa: el mariachi omnipresente, las cantinas llenas de tequila y la violencia gratuita. Emilia Pérez, desafortunadamente, parece sumar su nombre a esta lista.

No obstante, este tipo de reacciones también abre un espacio importante para la reflexión. La discusión que surge de estas películas pone sobre la mesa la necesidad de que seamos nosotros quienes contemos nuestras propias historias, desde múltiples perspectivas. Es imperativo que el relato cinematográfico internacional comience a escuchar más atentamente las voces locales y trabajen en colaboración para evitar simplificaciones que diluyan nuestra esencia.

En un mundo donde las plataformas digitales hacen que el cine viaje más rápido que nunca, la responsabilidad de representar adecuadamente a un país se vuelve aún más crucial. La recepción de Emilia Pérez debería servir como un recordatorio de que no somos un concepto único y fácil de definir, sino una amalgama compleja de historias, tradiciones y modernidades.

Quizá, en el futuro, podamos ver más producciones que tomen este desafío en serio, dejando de lado las visiones simplistas. Porque México, con todas sus luces y sombras, merece ser contado con verdad y profundidad.

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