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Resto del mundo

Aeropuertos en Nueva York cierran por tormenta de nieve

Los dos aeropuertos de la ciudad de Nueva York, JFK y La Guardia, suspendieron este jueves sus operaciones por el temporal de nieve que afecta a la ciudad y sus alrededores.

En un mensaje en Twitter, el aeropuerto JFK, uno de los puntos principales de entrada a Estados Unidos, informó que la cancelación de todos los vuelos se debía a los fuertes vientos y a la nieve, y pidió a los pasajeros que contacten a las aerolíneas para reprogramar sus vuelos.
Poco después de ese anuncio informó lo mismo LaGuardia, una terminal de vuelos nacionales.

De acuerdo con el sitio FlighAware, que mantiene información actualizada sobre los aeropuertos de Estados Unidos, en el de JFK quedaron cancelados 483 vuelos con destino u origen en esa terminal, y 639 en LaGuardia.

Hacia el mediodía de hoy, el aeropuerto de Newark, en Nueva Jersey, que también sirve a Nueva York, había cancelado hoy 928 vuelos, pero se mantenía abierto porque está más lejos de la zona del impacto del temporal.
No obstante, los responsables de Newark estaban pidiendo a los pasajeros que salen desde allí que revisen continuamente sus vuelos y el estatus de la terminal aérea.

Por otra parte, tres vagones de un tren que conectaba a Miami y Nueva York descarrilaron anoche en la ciudad de Savana, en el estado de Georgia, a causa del temporal que afecta también a esa región de Estados Unidos.

Aunque en el tren viajaban 311 pasajeros, además de los operarios, no se reportaron heridos, según informó un portavoz de la firma Amtrak.

Nota Principal

Trump revienta contra Irán e Israel: “No saben qué carajo hacen”; fracasa su intento de tregua en solo 18 horas

La tensa situación en Medio Oriente escaló nuevamente este martes, luego de que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, arremetiera públicamente contra los gobiernos de Irán e Israel, a quienes acusó de romper el alto al fuego que él mismo había negociado apenas horas antes.

“Ambos países no saben qué carajo hacen”, lanzó Trump en su red social oficial, visiblemente molesto por la ruptura de lo que había calificado como un “acuerdo histórico” entre los dos enemigos geopolíticos. La tregua, sin embargo, duró solo 18 horas antes de que ambas naciones retomaran las hostilidades con fuego cruzado.

De acuerdo con fuentes estadounidenses e israelíes, el 22 de junio Estados Unidos lanzó ataques contra instalaciones militares de Irán, y al día siguiente, fuerzas iraníes respondieron con misiles dirigidos a bases estadounidenses en Catar. La rápida escalada llevó a Trump a intervenir personalmente para lograr un cese al fuego, que fue anunciado públicamente con tono triunfalista por la Casa Blanca.

No obstante, el frágil acuerdo se desmoronó casi de inmediato, luego de que milicias aliadas de Irán lanzaran cohetes hacia el norte de Israel, a lo que el ejército israelí respondió con bombardeos aéreos. El propio Trump confirmó este martes que Israel había atacado objetivos iraníes en represalia, lo que anuló cualquier esperanza de estabilidad inmediata.

El presidente estadounidense advirtió además que “Irán nunca reconstruirá su programa nuclear”, en referencia al ataque que ordenó contra instalaciones atómicas de ese país. Si bien Teherán niega haber violado el acuerdo de tregua, la Casa Blanca considera que los ataques de sus grupos aliados constituyen una clara provocación.

Aún más, Trump exhortó directamente a Israel a detener sus ofensivas: “Si lanzan esas bombas, es una gran violación”, escribió, dejando entrever que la paciencia de Washington también se está agotando con su principal socio en la región.

La reacción del mandatario refleja el nivel de frustración por el fracaso de su mediación y pone en evidencia la dificultad de contener un conflicto de alto riesgo entre dos actores con intereses irreconciliables. Aunque Trump asegura que “ambos acudieron a él en busca de paz”, su figura como intermediario quedó debilitada tras el retorno inmediato de la violencia.

Analistas advierten que el conflicto amenaza con salirse de control, especialmente si continúan los ataques cruzados y si Estados Unidos se ve obligado a responder militarmente en defensa de sus tropas o de sus aliados. Mientras tanto, la tensión se mantiene al máximo y los canales diplomáticos parecen cada vez más ineficaces frente a la lógica de la confrontación.

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