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Opinión

Aférrate a lo bueno. Por Nancy Toledo

 Desde que inició este mes, empecé a ver mucha gente poniendo sus arreglos de navidad, arbolito etc…pensé por un momento que era algo adelantado, pero muy pronto me uní a ellos y llené mi casa de luces, renos y monos de nieve!

A mi me llena de felicidad esta temporada! Me encanta ver mi casa decorada, y ver las otras me hace sonreír y emocionarme.

Nos adelantamos un poco tal vez, sonaron antes los cascabeles que los balazos de la revolución! Pero creo que es un año que lo amerita!

Siento que todos estamos agarrados del hilito de la magia navideña, que quisimos llenar nuestros días de este sentimiento de esperanza y felicidad. Y me encanta!!!

Así de sencillo resulta mejorar el ánimo y alegrar de estos días.

Eso es lo que debemos de hacer siempre!! Pongo el ejemplo de la navidad por qué es algo notorio y generalizado, pero así debe ser siempre!!

Hay que hacer lo que nos guste! Sin importar si es poner la navidad el primero de noviembre, si es vestirte de cierta forma, hacer algo que a los demás les parezca raro…cada quien tiene que buscar la manera de vivir sus días con gusto.

Aférrate a lo bueno! No dejes de verlo, de buscarlo! Por pequeño que parezca, a veces son esos hilitos los que nos mantienen bien y nos hacen salir adelante.

Nancy Anahi Toledo Rascón
Facebook.com/ eso pienso
Instagram @eso.pienso

Opinión

Diálogos. Por Raúl Saucedo

El Eco de la Paz

En el crisol de la historia, las disputas bélicas han dejado cicatrices profundas en el tejido de
la humanidad. Sin embargo, en medio del estruendo de los cañones y las balas metrallas, ha
persistido un susurro: El Diálogo. A lo largo de los siglos, las mesas de negociación han
emergido como esperanza, ofreciendo una vía para la resolución de conflictos y el cese de
hostilidades entre grupos, ideas y naciones.
Desde la antigüedad, encontramos ejemplos donde el diálogo ha prevalecido sobre la espada.
Las guerras médicas entre griegos y persas culminaron en la Paz de Calias, un acuerdo
negociado que marcó el fin de décadas de conflicto. En la Edad Media, los tratados de paz
entre reinos enfrentados, como el Tratado de Verdún, establecieron las bases para una nueva
configuración política en Europa.
En tiempos más recientes, la Primera Guerra Mundial, un conflicto de proporciones
colosales, finalmente encontró su conclusión en el Tratado de Versalles. Aunque
controvertido, este acuerdo buscó sentar las bases para una paz duradera. La Segunda Guerra
Mundial, con su devastación sin precedentes en el mundo moderno, también llegó a su fin a
través de negociaciones y acuerdos entre las potencias.
La Guerra Fría, un enfrentamiento ideológico que amenazó con sumir al mundo en un
conflicto nuclear, también encontró su resolución a través del diálogo. Las cumbres entre los
líderes nucleares, los acuerdos de limitación de armas y los canales de comunicación abiertos
permitieron evitar una posible catástrofe global.
En conflictos más recientes, y su incipiente camino en las mesa de negociación ha sido un
instrumento crucial para lograr el cese de hostilidades de momento, esta semana se ha
caracterizado por aquellas realizadas en Arabia Saudita y París.
Estos ejemplos históricos subrayan la importancia del diálogo como herramienta para la
resolución de conflictos. Aunque las guerras pudieran parecer inevitables e interminables en
ocasiones, la historia nos muestra que siempre existe la posibilidad de encontrar una vía
pacífica. Las mesas de negociación ofrecen un espacio para que las partes en conflicto
puedan expresar sus preocupaciones, encontrar puntos en común y llegar a acuerdos que
permitan poner fin.
Sin embargo, el diálogo no es una tarea fácil. Requiere voluntad política, compromiso y la
disposición de todas las partes para ceder en ciertos puntos. También requiere la participación
de mediadores imparciales que puedan facilitar las conversaciones y ayudar a encontrar
soluciones mutuamente aceptables.
En un mundo cada vez más complejo e interconectado, el diálogo se vuelve aún más crucial.
Los conflictos actuales, ya sean guerras civiles, disputas territoriales o enfrentamientos
ideológicos, exigen un enfoque pacífico y negociado. La historia nos enseña que la guerra
deja cicatrices profundas y duraderas, mientras que el diálogo ofrece la posibilidad de
construir un futuro más pacífico y próspero para todos.
Los diálogos siempre serán una vía, aunque el diálogo más importante será con uno mismo
para tener la paz anhelada.
@RaulSaucedo
rsaucedo@uach.mx

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