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Afirma Peña Nieto que no intervendrá en el proceso electoral

Luego de advertir que será cuidadoso y observador de la legislación, y asegurar que no intervendrá en el proceso electoral de este año, el presidente de la República, Enrique Peña Nieto, defendió su derecho «a levantar la voz» y decir los avances del país y a demandar que sea reconocido lo que sí se ha hecho.

De acuerdo con El Universal, durante la entrega de la ampliación de 52 kilómetros de la autopista Arco Norte, en su tramo Atlacomulco- Jilotepec, que tuvo una inversión de 2 mil millones pesos, el mandatario dijo: «No me voy a meter a hablar ni voy a comentar sobre los procesos electorales, porque advertí que como presidente de la República seré absolutamente cuidadoso y observador de la legislación electoral. No opinaré ni tomaré posición sobre lo que ocurre en la justa democrática que se avecina.

«Pero sí quiero hablar, y creo que estoy en derecho de hacerlo, de lo que como país hemos tenido, lo que hemos alcanzado, levantar la voz para responder a aquellas voces que señalan de manera crítica, muchas de ellas con razón y con acierto en lo que aún nos falta por alcanzar, pero también demandar el reconocimiento a lo que sí hemos hecho, a los avances que hemos logrado, a lo que hemos generado como sociedad».

Peña Nieto indicó que analistas extranjeros advirtieron que el futuro de México será promisorio, de acuerdo con la certeza que se genere hacia los próximos años: «Esa certeza pasa por lo que viva México este año».

Afirmó el presidente Peña Nieto que durante su Administración, el país tendrá un crecimiento acumulado de 18% y destacó que se han colocado los cimientos, además de efectuarse las reformas necesarias para que el país crezca en los próximos años a mayores tasas y dinamismo, y pidió no perder el ritmo ni la ruta.

En compañía con el gobernador mexiquense, Alfredo del Mazo, el mandatario señaló que en otros países los avances de México son reconocidos y arremetió contra los señalamientos y críticas negativas en redes sociales, y afirmó, que en ocasiones irritan, son duros y hasta lapidarios.

«Hoy, los distintos analistas externos al país, que se olvidan de lo que se dice, de los señalamientos o de lo que se difunde a veces en las redes sociales, en ocasiones son muy irritantes y les gusta hacer señalamientos muy duros, lapidarios y que poco recogen de los logros y de los avances que hemos tenido como nación.

«Pero en el exterior sí lo reconocen, curiosamente porque a lo mejor no se involucran tanto en esto de las redes, porque realmente ven lo que México ha alcanzado en cifras, en números, en estadísticas, en realidad y advierten que el país tendrá un futuro promisorio a partir de la certeza que se genere hacia los próximos años», manifestó.

El jefe del Ejecutivo federal afirmó que un sexenio es suficiente para aportar al desarrollo y a la grandeza de México.

«Este gobierno ha asumido de manea responsable su tarea en la construcción de una mejor nación a partir de lo que hoy venimos alcanzando y desarrollando con todos los mexicanos», explicó.

Asimismo, el mandatario destacó que durante su Administración se han realizado inversiones históricas para el desarrollo de infraestructura carretera y enfatizó que su gobierno puso en operación 39 nuevas autopistas con una extensión de 2 mil 400 kilómetros y una inversión de casi 150 millones de pesos, y se han ampliado o construido 76 carreteras federales.

Peña Nieto solicitó no permitir que la competencia democrática electoral «que es sana, que es favorable a nuestra condición de país por su vocación democrática, divida a la sociedad mexicana».

Notimex

Opinión

Emilia Pérez: Una Mirada Cuestionada sobre México Por: Sigrid Moctezuma

En un mundo donde el cine es tanto un arte como una poderosa herramienta de representación cultural, las películas que abordan la identidad de un país llevan consigo una gran responsabilidad. Tal es el caso de Emilia Pérez, una cinta que, aunque prometía ser un relato innovador, ha generado un torrente de críticas por su visión estereotipada y su superficialidad al retratar la cultura nacional.

Descrita por sus creadores como un “narco-musical”, Emilia Pérez sorprendió al ganar cuatro Globos de Oro, lo que dejó en evidencia una desconexión entre las audiencias internacionales y la percepción mexicana. Mientras en el extranjero se celebra como un experimento cinematográfico audaz, aquí ha sido criticada por perpetuar clichés culturales que parecen sacados de una postal turística, ignorando las complejidades del México actual. Aunque su mezcla de comedia, drama y música despertó curiosidad inicial, para muchos terminó siendo un recordatorio de cómo los estereotipos siguen dominando la narrativa global.

Uno de los puntos de mayor desagrado ha sido la manera en que la película aborda temas sensibles como la identidad de género y la narcocultura. Si bien es positivo que estas cuestiones tengan espacio en la narrativa cinematográfica, en Emilia Pérez se sienten tratadas con una ligereza que no honra su trascendencia. Los personajes, en lugar de reflejar matices reales, se convierten en caricaturas que difícilmente conectan con el público.

Las críticas no solo vienen de los espectadores, sino también de sectores especializados en cine y cultura. Se ha señalado que la película parece diseñada para un público extranjero que consume el «México pintoresco», mientras ignora las voces y experiencias auténticas que definen al país. Lo que representa una oportunidad desperdiciada para proyectar un discurso que sea fiel a nuestra riqueza cultural y social.

Este fenómeno no es nuevo en el cine. Muchas producciones internacionales han intentado capturar supuestamente nuestra esencia, pero terminan cayendo en la trampa: el mariachi omnipresente, las cantinas llenas de tequila y la violencia gratuita. Emilia Pérez, desafortunadamente, parece sumar su nombre a esta lista.

No obstante, este tipo de reacciones también abre un espacio importante para la reflexión. La discusión que surge de estas películas pone sobre la mesa la necesidad de que seamos nosotros quienes contemos nuestras propias historias, desde múltiples perspectivas. Es imperativo que el relato cinematográfico internacional comience a escuchar más atentamente las voces locales y trabajen en colaboración para evitar simplificaciones que diluyan nuestra esencia.

En un mundo donde las plataformas digitales hacen que el cine viaje más rápido que nunca, la responsabilidad de representar adecuadamente a un país se vuelve aún más crucial. La recepción de Emilia Pérez debería servir como un recordatorio de que no somos un concepto único y fácil de definir, sino una amalgama compleja de historias, tradiciones y modernidades.

Quizá, en el futuro, podamos ver más producciones que tomen este desafío en serio, dejando de lado las visiones simplistas. Porque México, con todas sus luces y sombras, merece ser contado con verdad y profundidad.

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